La Reina asiste con sus hijas, sus hermanos y sus sobrinos a la proyección en Atenas de un documental sobre su padre
La Familia Real griega conmemora el 50º aniversario de la muerte del rey Pablo
La reina Sofía ha asistido este miércoles con sus hijas, las infantas Elena y Cristina, sus hermanos, Constantino e Irene, y sus sobrinos a la proyección en Atenas de un documental sobre su padre, el rey Pablo I, y el jueves le rendirán homenaje por el 50º aniversario de su muerte en una ceremonia fúnebre en el Palacio de Tatoi, a la que acudirán también los Príncipes de Asturias.
Los cinco miembros de la Familia Real española estarán presentes en la misa ortodoxa en memoria del rey Pablo que tendrá lugar en el recinto de Tatoi, el que fue palacio de verano de la Familia Real griega. Aunque no estaba confirmado si a la proyección del documental asistiría alguien más junto a la reina Sofía, ya que era posible que no todos pudiesen llegar a Atenas a tiempo, finalmente la infanta Elena se unió a su madre y a su hermana.
Constantino de Grecia asistió acompañado de su esposa, Ana María, y sus hijos las princesas Alexia y Theodora, el príncipe Philippos y los príncipes Nicolás y Pablo con sus respectivas esposas: Tatiana Blatnik y Marie Chantal Miller. Pablo y Marie Chantal, que han viajado a Grecia con sus cinco hijos, acudieron a la proyección con los tres mayores.
El documental Pablo, un rey fuera de lo común era proyectado en la Biblioteca Yenadio, en una presentación de carácter estrictamente privado, a la que acudió un selecto grupo de invitados. Doña Sofía saludó brevemente a la prensa congregada ante la puerta del edificio neoclásico que acogía la proyección. Doña Elena llegaba minutos después de sus parientes de la monarquía griega.
El reportaje, que todavía no ha sido estrenado, hace un repaso a la vida de Pablo I con imágenes, fotografías, cartas y documentos inéditos, declaraciones de personalidades de la política y de la Historia, así como de sus tres hijos: la reina Sofía, la princesa Irene y el rey Constantino.
Pablo I, descrito por muchos como hombre afable y buen padre de familia, no estaba destinado a reinar por ser el menor de tres hermanos. La muerte de su hermano, el rey Jorge II, en 1947, lo convirtió en Rey de Grecia, un país devastado tras la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil, que bajo su mandato se estabilizó políticamente y empezó su desarrollo económico.
Este jueves, la reina Sofía y sus hijos asistirán a un responso en el cementerio del Palacio de Tatoi, donde están enterrados los miembros de la Familia Real griega desde 1913. El cementerio de Tatoi se encuentra en el bosque que rodea al palacio, un terreno de 4.000 hectáreas a los pies del monte Parnós, y entre las tumbas se alza la capilla ortodoxa, llamada iglesia de la Resurrección.
El rey Jorge I comenzó la adquisición del terreno que ocupa el recinto de Tatoi en 1870 y el palacio quedó deshabitado en 1967, cuando la Familia Real griega se vio obligada a exiliarse a raíz del golpe de Estado militar y la instauración de la llamada Junta de los Coroneles. Doña Sofía, que pasó la mayor parte de su infancia y juventud en Tatoi, regresó allí en febrero de 1981 cuando murió su madre, para asistir al funeral, y visitó el lugar donde reposan sus restos mortales y los de su padre en mayo de 1998, durante el primer viaje de Estado de los Reyes a Grecia.
El Príncipe de Asturias acudió a ese palacio un mes después y depositó una ofrenda floral en la tumba de sus abuelos maternos, al igual que hizo doña Sofía en sus posteriores visitas a Tatoi de octubre de 1999 y de octubre de 2002, en el marco de un viaje de dos días a Atenas. La Reina, cuya última visita oficial a Atenas tuvo lugar en 2011, asistió en el recinto de Tatoi al funeral celebrado en febrero de 2006 con motivo de los 25 años del fallecimiento de su madre, la reina Federica, una ceremonia fúnebre a la que acudió acompañada por los Príncipes, la infanta Elena, los duques de Palma y la princesa Irene de Grecia.