Un día después de haber festejado su 76º cumpleaños, don Juan Carlos abrió el curso oficial del nuevo año presidiendo, como cada año, la tradicional celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real. Acompañado por la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias, el monarca ha reanudado con este acto sus actividades oficiales fuera de la Zarzuela tras su última operación de cadera.
Apoyado en todo momento en dos muletas para facilitar sus desplazamientos, el monarca ha caminado hasta una alfombra roja instalada en la plaza a pocos metros de la denominada Puerta del Príncipe y, apoyado en una sola muleta, ha presidido desde allí la ceremonia militar, en la que una formación de la Guardia Real le ha rendido honores y don Juan Carlos ha escuchado el himno nacional y las veintiuna salvas de honor.
Tras la ceremonia militar, nuevamente con la ayuda de dos muletas, ha accedido a continuación con doña Sofía y los Príncipes al interior del palacio, donde los cuatro han utilizado el ascensor llamado "de Carlos III" para saludar en la saleta Gasparini al resto de la cúpula militar y otras autoridades y representantes militares.
De acuerdo con el nuevo protocolo para esta ceremonia inaugurado hace un año, no formaba parte de la línea de saludos el conjunto de representantes de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, de la Guardia Civil y de la Hermandad de Veteranos, de modo que los Reyes y los Príncipes se han encontrado con el resto de invitados en el Salón del Trono.
Además de suprimir la revista a la tropa en la Plaza de la Armería y acortar la línea de saludos en el interior del palacio, el formato reducido de la ceremonia que se estrenó en 2013 ha eliminado también la tradición por la que el Rey, en su calidad de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, imponía en el Salón del Trono las condecoraciones concedidas a miembros de las comisiones militares.
Un portavoz de la Casa ha negado que la ceremonia se ajuste al estado físico del Rey, que aún necesita apoyarse de las muletas para caminar y no debe pasar demasiado tiempo de pie, y ha indicado que la repetición de este formato reducidose debe que, una vez modificado el protocolo hace un año, quedó consolidado como el que se aplicaría a partir de entonces en todas las ediciones de esta conmemoración.
Acordes con una ceremonia en la que el Rey y el Príncipe Felipe visten de gala y lucen sus máximas condecoraciones, la Reina y la Princesa Letizia han optado este año por tonalidades distintas, a diferencia de otros años que elegían los mismos colores. Así, doña Sofía ha lucido un traje negro de terciopelo, mientras que doña Letizia ha optado por un diseño azul oscuro de su diseñador de cabecera, Felipe Varela, que ya ha llevado en otras ocasiones.
Discurso
El Rey ha animado a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a perseverar en su "ejemplaridad", a "seguir transmitiendo confianza y serenidad", a "continuar trabajando unidos por la seguridad y el bienestar del conjunto de los españoles" y a ser "los primeros en ofrecer y los últimos en recibir" en un discurso que en varias ocasiones ha leído de forma titubeante.
En sus palabras, don Juan Carlos se ha declarado "plenamente consciente" del "enorme esfuerzo" que realizan los militares, tras un "duro año", por "mantener las capacidades" necesarias para garantizar la defensa de España y ha advertido de que es "imprescindible" continuar avanzando por la senda que permita obtener "el máximo rendimiento de los recursos".
Tras agradecer el "patriotismo", la "solidaridad" y la "generosidad" demostrada por los miembros de las Fuerzas Armadas y del Instituto Armado, el jefe del Estado ha proclamado: "Nuestra sociedad responderá siempre a vuestra generosidad con su reconocimiento y admiración, como reflejan las encuestas; y yo, como siempre, sentiré el orgullo de ser vuestro Jefe".
Las palabras del Rey han estado precedidas por el discurso del ministro de Defensa, Pedro Morenés, quien ha defendido a las Fuerzas Armadas como una institución que sirve como garantía para lograr "el bien común de toda la sociedad española, que se sustenta en los principios de la soberanía nacional, y la unidad y la solidaridad entre todos los españoles". En su discurso ante el Rey, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, Morenés ha puesto como ejemplo a los militares españoles por su solidaridad "con la situación general de España y con los sacrificios y esfuerzos de sus conciudadanos en los momentos más duros". Dirigiéndose personalmente al monarca, Morenés ha añadido también que los militares españoles han tenido en su Majestad "el ejemplo de coraje personal y de sensibilidad social para superar toda circunstancia".
Un festejo con mucha historia
La celebración de esta conmemoración oficial se remonta al reinado de Carlos III, cuando, el 6 de enero de 1782, se recuperó la localidad menorquina de Mahón, que se hallaba en poder de los ingleses. Como expresión de júbilo, Carlos III ordenó a los virreyes, capitanes generales, gobernadores y comandantes militares que, en la fiesta de la Epifanía, reuniesen a las guarniciones y notificasen en su nombre a jefes y oficiales de los ejercitos su felicitación.