El apoyo real al periodismo se ha constatado esta semana no en una (el brindis de los Príncipes por los 15 años de La Razón), ni en dos (el homenaje de la Reina en los premios ABC), sino en tres ocasiones. La tercera velada se celebraba anoche en el hotel Ritz de Madrid y es un clásico de la agenda oficial de los Príncipes: la ceremonia de entrega del premio de periodismo Francisco Cerecedo, que en esta XXX edición ha recaído en Xavier Vidal-Folch, como reconocimiento a sus análisis e informaciones sobre la crisis económica y moral de Europa y España. Este galardón, cuya Presidencia de Honor ostenta Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, lo convoca la Asociación de Periodistas Europeos, bajo los auspicios del BBVA, y está dotado con veinticuatro mil euros y una medalla modelada por el escultor Julio López Hernández.
Las citas periodísticas siempre exigen lo mejor de la Princesa, el más difícil todavía. Ayer lo acarició con las manos, que otra vez delataban su felicidad junto al Príncipe, y brilló entre sus viejos amigos de profesión. La entrega coincidía con el décimo aniversario de su petición de mano en el Patio de los Austrias del Palacio de El Pardo y su estelar aparición de blanco Armani. Diez años después estaba radiante de negro y a la última. La Princesa de Asturias se ha apuntado a la moda del jumpsuit y, haciendo gala de su elegancia, vistió uno de sus looks más atrevidos: un mono de raso con escote cruzado, que combinó con un maxi cinturón tornasolado, unas sandalias brocadas de elevado tacón y un precioso clutch de pedrería como complementos. Coronó su puesta en escena con un fabuloso brazalete de la colección Salvaje de Perodri en oro amarillo y blanco de 18 quilates con pavé de brillantes y sofisticado maquillaje en la mirada, siempre atenta a su esposo.
Por el buen periodismo
El Príncipe de Asturias abogó en su discurso a "continuar construyendo España" ya que es "responsabilidad de todos, en un proyecto compartido". Don Felipe defendió un periodismo con valores: "Debemos preservar y alimentar siempre y en todo momento, por encima de tensiones, de discrepancias y de desencuentros, los sentimientos fraternales generados a lo largo de muchos siglos de convivencia; de compartir profundos vínculos familiares e históricos, de tantas emociones sufridas o disfrutadas colectivamente, juntos".
Tras la entrega del premio, reconoció el "buen periodismo" que, recalcó, "requiere libertad de información y libertad de expresión, que son garantías esenciales de todo Estado de Derecho". Agradeciendo su trabajo a Vidal-Folch "por saber, por entender y por explicar", el Príncipe destacó que "esas libertades son, en estos tiempos que vivimos, más necesarias que nunca; y su ejercicio, por tanto, precisa también de la mayor responsabilidad y del mayor rigor".
Junto a los futuros Reyes de España se encontraban el ministro de Defensa, Pedro Morenés; el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles; el secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella y el presidente de la Asociación de Periodistas Europeos, Diego Carcedo, para rendir homenaje a aquellas trayectorias personales o aquellos trabajos periodísticos, escritos, radiados o televisados, que merecen ese honor por su talento, originalidad, capacidad de transgredir las presiones e influencias de los poderes e impulso a la libertad de expresión.