El Santiago Bernabéu, el estadio que tantos goles le ha visto meter, su casa, se rindió anoche ante él. Raúl González Blanco saboreó sus últimos minutos con la camiseta del Real Madrid en el Trofeo Santiago Bernabéu, donde la emoción, el reconocimiento se sintieron desde el minuto uno. Él es toda una leyenda del madridismo y su afición volvió a vibrar viéndole marcar en este estadio y jugando con las estrellas del momento del club, como Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos o Iker Casillas.
Parece que tiempo no pasa por él, aunque ya han pasado tres años desde que decidiera poner punto y final a una etapa de 16 años y marcharse del Real Madrid para probar aventuras fuera de España. Pero anoche recibió el homenaje que no SE llevó en su día en la maleta. Vestido otra vez de blanco, con el 7 a la espalda y el brazalete de eterno capitán se llevó el abrazo y reconocimiento de sus antiguos compañeros y sus seguidores, durante un partido que estuvo presidido por el Rey.
Don Juan Carlos no quiso perderse este encuentro entre el Real Madrid y el equipo catarí Al Sadd desde el palco de honor junto a Florentino Pérez, presidente del club. Allí también estuvieron siguiendo de cerca cada jugada, y sin poder ocultar su emoción, los hijos y la mujer del futbolista, Mamen Sanz, quien no pudo contener sus lágrimas cuando el Rey entregó al futbolista una placa conmemorativa. "Me ha dicho que estaba muy contento y que lo decía de todo corazón. Siempre que he coincidido con él es una persona muy cercana a la que estaré eternamente agradecido. Al Rey y a la Casa Real", decía Raúl a la prensa deportiva tras el encuentro. En las gradas también estuvieron rostros conocidos como Nieves Álvarez o José María Gutiérrez “Guti”, excompañero de Raúl.
El partido terminó con cinco goles a cero a favor del equipo blanco, el primero de ellos marcado por Raúl, quien lo celebró como en los viejos tiempos, desbordando alegría y señalando el dorsal, que en este partido le cedió Cristiano Ronaldo, que es quien lleva el 7 desde que se fue. Tras jugar la primer parte se retiró con una gran ovación y devolvió el brazalete de capitán a Iker y regalando su camiseta a Cristiano a quien dijo: "Este siete tiene dueño y eres tú".
Después llegó la hora de la entrega del trofeo, que recibieron Iker Casillas y Sergio Ramos de manos del Rey, con quien estuvieron bromeando antes de levantarlo. Pero no todo terminó allí, Raúl no se marchó el césped del Bernabéu sin antes ser manteado por los jugadores del Real Madrid y por los del equipo rival.