Rostros relajados, sonrisas vivas, coloridos conjuntos… anuncian las cercanas vacaciones de verano en la Zarzuela. Mientras llegan, los Príncipes de Asturias, que apuran su agenda hasta el último momento, cumplen con los compromisos finales de este curso oficial. Ayer don Felipe y doña Letizia recibieron en Palacio a una representación de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y a los participantes de las becas europeas de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid. Dos audiencias muy oportunas ahora que con la llegada de la temporada estival y la perspectiva de unas merecidas vacaciones a la vuelta de la esquina se acusan especialmente las horas extras de trabajo de todo el año y es momento de recompensar los esfuerzos. Así que, antes de posar en la tradicional foto de familia con sus invitados, los Príncipes se mostraron muy interesados en las propuestas de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, que cumple en 2013 su décimo aniversario y tiene como objetivo que los horarios laborales sean más racionales, con el fin de conciliar la vida familiar, laboral y personal, así como también en los proyectos de los brillantes estudiantes.
Y si las vacaciones no vienen aún, los Príncipes las traen ya. La princesa Letizia llevó a palacio un pedacito del verano de Ibiza al vestir un conjunto muy estival, a la vez que elegante, compuesto por una falda blanca casi de estilo ibicenco y una blusa mucho más sofisticada, sin mangas y con lazo en el escote de color verde esmeralda, a tono con sus sandalias de tiras y pulsera. Como complementos, lució un maxi cinturón blanco con pedrería y unos pendientes largos de piedras que asomaban entre su larga melena suelta. Junto a la elegancia de doña Letizia, la complicidad de los Príncipes de Asturias volvió a ser patente ayer en su jornada de audiencias en la Zarzuela, tanto en sus numerosas muestras de cariño como en su atuendo: el Príncipe se conjuntó con doña Letizia y lució un traje sastre en color gris y corbata verde. Ambos se prodigaron continuas miradas y sonrisas llenas de ternura y se mostraron felices y contentos como si el trabajo no les costara trabajo. Como si fueran vacaciones.