La apretada agenda institucional, económica y cultural de Naruhito de Japón durante su visita oficial de seis días a España discurre en solitario, sin la compañía de su esposa, la princesa Masako, con quien el pasado domingo celebró su 20º aniversario de casados, pero asistida por la hospitalidad de la Familia Real durante toda su estancia en Madrid.
Después de una bienvenida con todos los honores militares, que tuvo lugar a su llegada el pasado lunes en el Palacio de El Pardo y que fue presidida por el príncipe Felipe, encargado de acompañarle en la mayoría de las actividades programadas en la capital, los Reyes, los Príncipes de Asturias y la infanta Elena recibieron ayer al mediodía a la entrada del palacio de la Zarzuela a su invitado al que obsequiaron con un almuerzo. Don Juan Carlos, que se encuentra muy recuperado de su última operación de doble hernia discal como demuestra su cada vez más amplia agenda oficial, acudió al encuentro con el príncipe Naruhito ayudado por una muleta. En un ambiente distendido, los cinco miembros de la Familia Real española saludaron afectuosamente al Heredero nipón y posaron todos juntos ante la escalinata de palacio para la prensa. Momentos previos al inicio de la comida en los que se notó especialmente la buena sintonía. Tanto entre anfitriones e invitado de honor, como entre el Rey y su nuera o entre cuñadas, que conversaron animadamente antes de pasar al interior.
Gala en el Teatro Real
También por la tarde los Príncipes de Asturias acompañaron al príncipe heredero Naruhito a un concierto en el Teatro Real con ocasión del Año Dual España-Japón, que se celebra en 2014 y conmemora el cuarto centenario de la primera misión diplomática nipona en territorio español. Una gala representativa del diálogo cultural en la que artistas de ambos países, como el cantaor Miguel Poveda y el bailaor de flamenco Shoji Kojima, celebran el acontecimiento con música sinfónica y flamenco. Naruhito de Japón fue recibido por los Príncipes y la comitiva de autoridades, el Presidente del Senado, Pío García-Escudero, y el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, así como por la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Doña Letizia, que lució al mediodía un vestido fucsia estrenado el año pasado –en la edición de Arco de 2012-, volvió a recurrir a su fondo de armario y combinó un conjunto antiguo compuesto por una blusa blanca con ribetes en puños y botonadura, que llevó por primera vez en una cena de gala en el Palacio Real, y una falda con pedrería dorada y plateada, de Felipe Varela, que también ha utilizado ya en varias ocasiones. Sin estrenos que valgan, pero tan radiante como la primera vez.
El momento cumbre de la visita está por llegar: la cena con la que los Príncipes de Asturias obsequiarán a su invitado de honor, ejerciendo de anfitriones del Heredero nipón, en el Palacio Real. Con esta velada, el príncipe Naruhito concluye su estancia en la capital, pero no en el país, ya que visitará en días sucesivos Salamanca, Sevilla y Santiago de Compostela.