Fue una verdadera sorpresa encontrar el pasado domingo al Príncipe de Asturias, recién llegado de la Boda Real de Luxemburgo, en el bautizo de la princesa Isabel, primogénita del príncipe Carlos Felipe de Orleans y de la princesa Diana, Duquesa de Cadaval, y descubrir que ejercía además de padrino de bautismo de la nieta de Beatriz de Orleans, mientras que la princesa Dora Lowenstein era su madrina.
El príncipe Felipe no se fue directo a casa tras el enlace de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo y solo, sin la princesa Letizia, que sí puso rumbo a Madrid, hizo escala el pasado domingo por la mañana en Évora, al sur de Portugal, para el bautizo de su nueva ahijada, de ocho meses. Esta invitación se mantuvo en secreto por los padres de la niña, que invitaron al futuro Rey de España (primo del príncipe Carlos Felipe) para apadrinar a su hija mayor.
El primer sacramento de la pequeña se celebró en la iglesia Luis que se encuentra en el palacio Cadaval en Évora. Después de la ceremonia, los padres y padrinos posaron con el bebé para la prensa, antes de celebrar la ocasión con un almuerzo para 30 invitados en el palacio familiar. Broche de un fin de semana de emoción para nuestro Príncipe.