Volver, volver, volver. Tampoco hay dos sin tres para la gran ausente del homenaje real a los tricampeones de La Roja. La Reina se perdió ayer la celebración por motivos de agenda: regresaba por tercera vez a Filipinas -tras las visitas realizadas en 2002 y 2003- para realizar un nuevo viaje de cooperación al país asiático. Y, como ilustre invitada y también amiga, doña Sofía fue recibida con todos los honores y los brazos abiertos a su llegada al aeropuerto Ninoy Aquino de Manila, donde la esperaban los ministros filipinos de Bienestar Social y Desarrollo, Corazón Juliano Soliman, y de Relaciones Exteriores, Albert del Rosario.
La Reina ha vuelto esta vez, acompañada por el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, para ver sobre el terreno los diferentes proyectos que se están llevando a cabo y conocer a las autoridades y contrapartes filipinas, los beneficiarios directos de las ayudas y los actores de la Cooperación Española, principalmente ONG y comunidades religiosas, así como diversas agencias de Naciones Unidas, sobre todo del PNUD, que coordina los programas para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, a los que España ha realizado grandes aportaciones.
El programa oficial de la Reina en Filipinas ha comenzado hoy con una reunión sobre la Cooperación Española en Filipinas, en la que participaron colaboradores de la Oficina Técnica de Cooperación, ONG, instituciones españolas que actúan en el país y personal español de agencias y programas de las Naciones Unidas. Después de la teoría, tocaba el turno a la práctica.
Doña Sofía ha visitado la Escuela Taller ubicada en el área histórica de Intramuros, en la que unos 75 jóvenes de familias con pocos recursos y en riesgo de exclusión social se forman en oficios relacionados con la restauración y recuperación del patrimonio cultural, como albañilería, pintura y acabados, fontanería, electricidad, carpintería y escultura en madera. La Reina, que lució para la ocasión un traje de color beis, saludó uno por uno a los estudiantes y trabajadores a los que preguntó sus edades y cuál era su cometido en la escuela :"Es un gran trabajo de España para la comunidad porque está ayudando a personas necesitadas y a restaurar el patrimonio de Filipinas", declaró la soberana.
Después, doña Sofía inauguró una exposición sobre la Cooperación Española en la Biblioteca Nacional de Filipinas, con fotografías realizadas por el español José Manuel Navia y el filipino Veejay Villafranca antes de finalizar su primera jornada de trabajo en el Palacio de Malacañang, donde el Presidente de la República de Filipinas, Benigno S. Aquino III, la recibió con todos los honores y ofreció un cena en su honor a la que asistieron más de una centena de invitados.
Para esta ocasión tan especial, la reina volvió a dar una lección de elegancia con un primaveral vestido en tonos morados y amarillos que contrastaron con la espectacular y colorida composición de frutas y verduras que se encontraba detrás de la mesa presidencial en la que cenaron. "Filipinas ha sido y será siempre un país prioritario para la cooperación española al desarrollo", aseguró doña Sofía, que agradeció el recibimiento en su tercera visita de cooperación a la antigua colonia española, donde declaró sentirse "verdaderamente en casa". "La Corona, el Gobierno y el pueblo de España ven a Filipinas no solo como a un país hermano con el que comparte lazos históricos, sociales y culturales por su pasado común, sino también como un socio clave en Asia con cuyo desarrollo están plenamente comprometidos", indicó Su Majestad.
El viaje de la reina no ha hecho más que empezar. Durante su estancia hasta el próximo viernes en Filipinas, doña Sofía visitará varios proyectos españoles en las provincias de Albay (noreste) y Zamboanga (sur), y mantendrá un encuentro con religiosos españoles y filipinos que estudian español en la Universidad de Santo Tomás.