Ayer por la tarde, mientras llovía sobre Madrid, los príncipes de Asturias junto a sus dos hijas, las infantas Leonor y Sofía, llegaron hasta la clínica Quirón para ver a Felipe Marichalar, ingresado desde el lunes tras dispararse accidentalmente con una escopeta de caza.
Las infantas, que vestían el uniforme de su colegio, entraron sonrientes, al igual que sus padres, para ver al mayor de sus primos, quien, según las últimas informaciones que ha dado la Casa del Rey, todavía tendrá que estar unos días ingresado. Don Felipe entró cogiendo de la mano a Leonor, mientras que doña Letizia, vestida de sport con pantalón vaquero, cazadora de estilo motorista y un foulard con flores, llevaba a Sofía. A su llegada saludaron a los medios de comunicación que estaban a las puertas del hospital.
En ese momento se encontraban en la habitación con Felipe Juan Froilán su abuela la reina Sofía y su madre, la infanta Elena, y su hermana, Victoria Federica, que a la salida del colegio fue hasta la clínica. Las tres llegaron después del almuerzo en un vehículo que accedió directamente al aparcamiento del centro médico. Victoria Federica, quien ya había acompañado el lunes a su hermano cuando ingresó en el hospital, se encontraba junto a él en la finca de la familia Marichalar en Soria cuando, en unas prácticas de tiro que realizaba junto a su padre, Jaime de Marichalar, se le disparó la escopeta de pequeño calibre que utilizaba, provocándole una herida por arma de fuego en el pie de la que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
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