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A diferencia del año pasado, en esta ocasión don Juan Carlos sí pudo viajar a Palmar de Mallorca para presidir junto a la reina la Misa de Pascua de Resurrección en la catedral de Palma de Mallorca acompañados de los príncipes de Asturias y la infanta Elena. Así, y por segundo año consecutivo, la familia real no acudió al completo a la tradicional celebración religiosa que estuvo marcada por la ausencia de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín y sus cuatro hijos, así como los de la duquesa de Lugo, Felipe y Victoria Federica.
Pasadas las doce del mediodía, llegaban a la catedral en el mismo coche los reyes, con don Juan Carlos al volante, y su hija mayor, la infanta Elena, que fueron recibidos por el obispo de Mallorca, monseñor Murgui. Minutos después lo hacían los príncipes de Asturias con sus hijas. La reina, que llegó a la isla el pasado miércoles, eligió para esta ocasión un estilismo en tonos rojos y negros, los mismos tonos por los que se decantó doña Elena, que lució una chaqueta de rayas y puso el toque de color con un llamativo bolso rojo con cadena dorada. Por su parte, la princesa de Asturias volvió a acertar con un look cómodo y 'chic' en el que combinó una blusa estampada con blazer blanca, pantalones de color 'beige' y bolso con un original detalle fucsia.
Como era de esperar, las hijas de don Felipe y doña Letizia volvieron a acaparar todas las miradas y se convirtieron en las protagonistas durante la 'foto de familia' a las puertas del templo. Las infantas Leonor y Sofía, que llevaban la misma rebeca de color verde y bailarinas marrones pero vestidos de diferentes estampados, saludaron sonrientes y posaron coquetas ante las cámaras.
La anécdota del día la protagonizó la hija pequeña de los príncipes de Asturias, que como siempre se mostró algo más tímida que su hermana y no se separó ni un sólo segundo de sus padres ni de sus abuelos. De hecho, durante el tradicional posado ante los medios, la imfanta Sofía cogió de la mano cariñosamente a su abuelo y no le soltó hasta que entrararon en el templo.
Cientos de personas, entre turistas y curiosos, les esperaban a la entrada de la catedral de Pama de Mallorca para darles una bienvenida que, un año más, fue de lo más calurosa, y les recibieron con aplausos al grito de "Viva el rey", "Viva los Príncipes" y "Viva España". Además, muchos se sorprendieron al ver lo rápido que están creciendo las nietas de los reyes y lo bien que se portaron durante toda la celebración. Este año, y por primera vez, asistieron a la Misa cargos políticos. El presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, y la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Salom, esperaron a la familia real a las puertas de la Seo mallorquina y les saludaron a su llegada uno a uno.