El Rey ha realizado su primer viaje al extranjero desde su operación del tendón de Aquiles del pie izquierdo, a la que se sometió hace tres semanas, para visitar el Salón Náutico de Mónaco junto al príncipe Alberto. Ha sido su primer encuentro después de la boda del soberano monegasco, a la que don Juan Carlos estuvo invitado pero no pudo asistir por encontrarse aún recuperándose de su operación de rodilla.
El monarca, que aún camina ayudado por muletas después de su intervención el pasado 5 de septiembre, no ha querido perderse el Monaco Yacht Show, uno de los eventos más glamurosos del Principado, que este año celebra su XXI edición y que del 21 al 24 de septiembre reúne a los superyates y catamaranes más espectaculares del mundo.
Don Juan Carlos, gran amante de la navegación, ha podido admirar yates de excepción. Entre ellos el Seven Seas, el yate más grande del mundo, con 86 metros de eslora y siete camarotes con capacidad para 12 personas. Construido en Holanda en noviembre de 2010, tiene un salón a bordo de 250 metros cuadrados pensado para cócteles, recepciones, cenas o fiestas. El Rey también ha podido ver de cerca el Catewalk, el yate a motor más grande de Estados Unidos, construido en 2010 por el astillero Derecktor, así como el británico Hemisphere, el catamarán a vela más grande del mundo con 44.20 metros de eslora y un mástil de 53 metros de altura. Diseñado para viajes al trópico, cuenta con jacuzzi en la cubierta, solarium, cinco suites y una tripulación de apenas ocho personas.
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