La comitiva del Papa ha abandonado la Nunciatura pasadas las 9:30 de la mañana con rumbo al palacio de la Zarzuela. En esta ocasión lo ha hecho en un turismo y no en el papamóvil debido a la distancia y a que en este recorrido no estaba previsto un encuentro con los jóvenes, pero aún así muchos peregrinos estaban a las puertas de la que durante estos días será la residencia de Benedicto XVI para saludarle.
A las puertas del palacio de la Zarzuela ha sido recibido por los reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, la infanta Elena con sus hijos, Felipe y Victoria Federica, y los príncipes de Asturias con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía, a las que se veía nerviosas mientras esperaban al Papa en las escaleras de Zarzuela. En el interior del palacio, la reina le ha entregado una escultura de la virgen de La Almudena, la patrona de Madrid, realizada por la escultora brasileña Yolanda d'Augsburg. Se trata de una figura de 70 centímetros de alto y en su corona lleva plata y piedras semipreciosas de Brasil. Esta artista ya fue la autora de los regalos que los reyes entregaron al papa Juan Pablo II en sus visitas a España en 1982, 1989 (la JMJ de Santiago de Compostela) y 1993.
Por su parte, Benedicto XVI ha obsequiado a la Familia Real con un mosaico en de la emblemática Plaza de España de la ciudad de Roma. Tras este intercambio de regalos se ha reunido con don Juan Carlos en su despacho para hablar de las relaciones del Vaticano con España, de la Iglesia con el Estado y tratar otros temas de actualidad como la crisis.
Los reyes, que acudieron ayer al aeropuerto de Barajas para recibir al Papa -con quien mantuvieron un primer encuentro privado en el Pabellón de Estado del propio aeródromo madrileño-, se habían reunido por última vez con él en Barcelona, ciudad que el Pontífice visitó en noviembre del año pasado para oficiar una misa en el templo de la Sagrada Familia. Previamente, con motivo del Año Santo Compostelano, Benedicto XVI viajó a Santiago de Compostela, donde don Felipe y doña Letizia ejercieron como anfitriones, y cuatro años antes, durante su primera visita a España con ocasión del V Encuentro Mundial de la Familia, tuvo un encuentro con la Familia Real al completo en el palacio de la Generalitat valenciana.
Tras este acto, el Pontífice puso rumbo a la localidad madrileña de El Escorial donde se ha reunido con un grupo de más de un millar de monjas y de de profesores universitarios en el Patio de los Reyes del monasterio, en un acto al que ha asistido el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Antonio María Rouco Varela, entre otros.
Desde las siete de la mañana han empezado a llegar a esa localidad madrileña grupos de peregrinos para darle la bienvenida al Sumo Pontífice, que tras este acto en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial celebró una comida con un grupo de jóvenes en la Nunciatura. Los afortunados fueron 12 jóvenes, dos de cada uno de los cinco continentes y además, dos españoles, por se la capital la sede de la JMJ. El grupo hostelero encabezado por el sacerdote don Luis de Lezama, párroco de Montecarmelo, ha sido el encargado de preparar el menú de este almuerzo, que seguro que será inolvidable para sus comensales.
Poco antes de las 18.00 horas, el Sumo Pontífice se ha reunido con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en Nunciatura, donde han mantenido una reunión de media hora, en la que han conversado sobre las relaciones bilaterales entre España y la Santa Sede y la situación económica internacional. Durante el encuentro, también han abordado la dramática situación humanitaria en el Cuerno de África, en particular la terrible hambruna entre los niños en Somalia y han compartido su preocupaciónpor el ascenso de una ideología xenófoba que atenta contra los valores de libertad religiosa y convivencia característicos de la sociedad europea, en relación a los hechos ocurridos recientemente en Noruega.
Tras la charla, el presidente del Ejecutivo español regaló al papa la "Obra del obispo Martínez Compañón sobre Trujillo del Peru en el siglo XVIII", la primera edición facsímil de la excepcional crónica gráfica que el obispo Baltasar Jiménez Martínez Compañón encargó que se hiciera de las poblaciones y tierras comprendidas en la entonces amplia zona de Trujillo, en el norte de Perú.
La reunión ha tenido lugar antes del Via Crucis, broche de oro de la segunda jornada del Papa en Madrid, desde la céntrica plaza de Colón y hasta la plaza de Cibeles, con un paso de la Semana Santa española en cada estación, que representa la escena correspondiente. Cientos de ciudadanos ya han podido ver desde esta mañana los 15 pasos de Semana Santa que forman parte del que seguro que se convierte en uno de los actos más multitudinarios de esta Jornada de la Juventud 2011.