La reina Sofía se despide de Latinoamérica con una celebración llena de colorido y alegría

Por hola.com

Sin duda alguna, doña Sofía nunca olvidará estos últimos días que ha vivido en Colombia y Ecuador. La Reina no sólo ha supervisado algunos de los proyectos de cooperación con los que España contribuye a mejorar la formación, atención médica y calidad de vida de los sectores más desfavorecidos, sino que además ha sentido en primera persona el calor y el cariño que le han brindado en cada uno de los pueblos y barrios que ha visitado. Flores, originales manualidades, abrazos, sonrisas..., en definitiva, regalos que que nunca olvidará y que se llevará consigo a su vuelta a nuestro país. 

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En su último día en Colombia, la Reina y la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos, visitaron el barrio Nelson Mandela en Cartagena de Indias y el Claustro de Santo Domingo, donde supervisaron las actividades que lleva a cabo el Centro de Formación de la cooperación española, en concreto, la campaña "Negro tenía que sé". Doña Sofía fue recibida con una gran celebración en la que no faltó la música y un baile típico que le dedicaron las más pequeñas del centro. Aunque estaban muy nerviosas por su presencia, las niñas le regalaron además un bolso hecho a mano que emocionó a la soberana española.


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Su siguiente destino ha sido Quito, donde Su Majestad la Reina ha visitado a los enfermos del Hospital "Un canto a la vida" para supervisar los trabajos que lleva a cabo la Fundación Reina Sofía y que tiene como objetivo mejorar la asistencia sanitaria para acabar con la elevada tasa de mortalidad infantil de la ciudad. Después, y tras disfrutar de un agradable paseo por la capital y empaparse de la cultura ecuatoriana además de comprar unos chocolates y artesanías como recuerdo de su viaje, doña Sofía ha mantenido una reunión con el presidente Rafael Correa en el Palacio Carondelet.

Su viaje oficial a Latinoamérica ha finalizado en la localidad de Cusubamba, donde se lleva a cabo un proyecto de desarrollo rural de la cooperación española que aspira a mejorar la vida de la comunidad. Allí, la Reina disfrutó de la compañía de muchos niños y jóvenes que esperaban ansiosos su llegada y que le enseñaron algunos de los cultivos que tanto les cuesta sacar adelante. Doña Sofía aprovechó para probar la jícama, una especie de vegetal de pulpa blanca, y el capulí, fruta de sabor amargo parecida a una cereza. "Buenísimas", exclamó al degustarlas.


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Para terminar, la Reina participó en una ceremonia de acción de gracias a la Pachamama, la madre tierra, en la que levantó los brazos en dirección a los cuatro puntos cardinales, siguiendo las indicaciones del chamán que oficiaba el rito. El indígena sometió a la reina Sofía a una "limpia" para eliminar las "malas energías", moviendo plantas y piedras a su alrededor, mientras hacía sonar una concha como silbato y entonaba cantos. Doña Sofía se quedó muy sorprendida con la curiosa ceremonia que acaba de presenciar pero no dejó de dar palmas y animar a los habitantes del poblado que vieron en este ritual la oportunidad perfecta para mostrarle a la soberana española su celebración más colorida y alegre.