La situación que atraviesan muchos jóvenes de nuestro país a la hora de encontrar trabajo en época de crisis no es nada fácil. Por este motivo, la Princesa de Asturias ha querido mostrar su apoyo a la Formación Profesional como opción eficaz de acceso al mercado laboral y ha visitado el centro integrado de FP “Profesor Raúl Vázquez”, en Madrid, uno de los referentes nacionales en la preparación de técnicos especializados en transporte y logística.
La Princesa, muy juvenil como requería la ocasión, lució pantalones grises, chaqueta de punto en color lila y un foulard en tonos azules. Para resguardarse del frío, eligió una moderna trenca de cuero atada a la cintura.
Acompañada por el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, y la Consejera Madrileña Lucía Figar, la esposa del Heredero recorrió las amplias instalaciones del centro, inaugurado hace poco más de tres años en las inmediaciones del barrio de Entrevías, y conversó con muchos de sus 407 alumnos -sólo 19 mujeres- sobre la formación teórica y práctica que reciben y sus expectativas laborales.
Doña Letizia se interesó por los planes de estudios y la formación de los más jóvenes y mantuvo una reunión de trabajo con sus responsables, encabezados por la directora, Carmen Santamaría, que respondió a su interés con información concreta sobre los conocimientos impartidos y las oportunidades de trabajo que esperan a los estudiantes. Según pudo saber la Princesa, un promedio del 60 por ciento de los titulados en el centro logra empleo, nivel que se eleva al 80 por ciento en la especialidad de Carrocería e incluso al 83 por ciento en el caso de Electromecánica.
En su recorrido por las instalaciones del centro –que dispone de aulas dotadas con medios audiovisuales, cuatro dedicadas a informática, biblioteca y salón de actos, además de talleres de aviónica, electricidad-electrónica, hidráulica y neumática, sistemas auxiliares y motores, así como un patio habilitado para reparaciones ferroviarias-, doña Letizia tuvo ocasión de conocer las impresiones personales de los alumnos que ensamblaban componentes eléctricos y electrónicos en el laboratorio de aviónica y también de los estudiantes dedicados a tareas de arreglo de chapa y pintura de vehículos en el taller de automoción.
La visita concluyó en el taller de aeronáutica, donde futuros especialistas en mantenimiento de aviones practicaban la reparación de averías en un antiguo Antonov soviético, mientras otro grupo de estudiantes trabajaba en el motor y los circuitos de un automóvil nuevo de alta gama, proporcionado expresamente por la casa fabricante para facilitar la formación de los alumnos del centro.