Como cada 24 de diciembre, Don Juan Carlos pronunció su tradicional discurso de Navidad y en esta ocasión, como no podía ser de otra manera, la crisis económica que atraviesa nuestro país fue el tema principal. “Llegamos al final de un año difícil y complejo, marcado por una crisis económica, en España y en otros países, más larga e intensa de lo esperado”, comenzó diciendo el monarca y añadió que “lo más doloroso es que ha golpeado a tantos hombres y mujeres que han sufrido –en su propia carne o en sus familias- la pérdida de empleo”.
Pero el rey también quiso apuntar algunas directrices para salir de la crisis apelando a la unidad en un total de cuatro ocasiones: “Para crecer como necesitamos, debemos proseguir y abordar juntos las reformas necesarias” ; “Debemos desterrar el desánimo, levantar la cabeza, aunar esfuerzos y continuar la faena, conscientes de lo que somos, de lo que ya tenemos y de lo que podemos avanzar”; "Para salir de la crisis necesitamos unidad” y por último, “debemos unir fuerzas para alcanzar nuestras nuevos logros colectivos, con confianza en nosotros mismos y en nuestro país”.
Don Juan Carlos tuvo palabras de apoyo para las familias de las víctimas del terrorismo y también para las víctimas de la violencia machista: “Redoblemos esfuerzos para terminar con la inaceptable violencia de género”, expresó. La nota amable del discurso la puso el triunfo de la Selección Española de Fútbol en el Mundial de Sudáfrica. De manera indirecta, y con la foto en la que él mismo sostiene la Copa del Mundo rodeado de los jugadores de la Roja, el rey quiso hacer un guiño a uno de los “triunfos inolvidables en la historia de nuestro deporte”.
Don Juan Carlos volvió a tener muy presente a su hijo Don Felipe en el discurso. Si el año pasado lo estuvo a través de una imagen en la que se podía leer: "Para papá, en recuerdo de mi jura de bandera y para que te acuerdes de mí también como cadete. Un abrazo muy fuerte. Octubre de 1985", este año, el monarca agradeció el apoyo “del Príncipe de Asturias en este 2010” y aseguró, tras haber cumplido 35 años como monarca y superado diversos problemas de salud, “que sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España". Finalmente, el Rey se despedía de nuestras pantallas de televisión deseando a los españoles, en su nombre y en el de su familia, “¡Muy feliz Navidad y Año Nuevo 2011!”.
Pero Don Juan Carlos no es el único monarca que mantiene vigente la tradición de analizar el año y desear unas felices fiestas a sus ciudadanos. Alberto de Bélgica hizo lo propio el día 25. El rey abordó en su primera parte del discurso la repercusión tan importante que ha tenido para su país ostentar la Presidencia Europea durante el segundo semestre de este año. “En muchos aspectos ha significado un gran avance y me ha hecho pensar en estrategias para evitar crisis financieras y ha fomentado el comercio, la diplomacia y las relaciones entre Europa y Asia”. Como nuestro monarca, Alberto de Bélgica también apeló a la unidad para resolver los problemas internos del país. “Desde aquí me dirijo a los políticos, empresarios, personas relacionadas con el arte y la comunicación para que la reforma pueda llevarse a cabo de manera pacífica”, concluyó.
Quizá el discurso más navideño fue el que pronunció la reina Beatriz de Holanda. “El nacimiento de Jesús llenó de luz a la tierra y dio sentido a lo que es verdaderamente importante”. Para la soberana Navidad es tiempo de reflexión y aconsejó a todos los ciudadanos que “hay que buscar lo que nos une para apoyarnos los unos a los otros”. “Todo se reduce a solidaridad. El reto siempre es el mismo: ayudarse los unos a los otros para resolver los problemas” y concluyó su intervención con el siguiente mensaje: “Que la fe, la esperanza y el amor en estas fechas nos inspiren y nos den aliento. Les deseo a todos una Feliz Navidad”.
Al igual que nuestro monarca, la reina Isabel II de Inglaterra también tuvo muy presente el poder del deporte para unir a la gente en su discurso de Navidad grabado en el palacio Hampton Court en Londres. “El deporte es común en todo el mundo y brinda una perspectiva distinta sobre la vida. Además de desarrollar un buen estado físico, los deportes también pueden enseñar habilidades sociales vitales", señaló. La soberana, de 84 años y vestida con una chaqueta de color morada, evitó hablar del próximo enlace matrimonial de su nieto, Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton, y se centró únicamente en la importancia de los eventos deportivos en un momento en el que el país se prepara para recibir los Juegos Olímpicos de 2012.