La infanta Cristina ha finalizado este sábado el Camino de Santiago como una auténtica peregrina. Después de recorrer a pie el tramo de Palas de Rei (Lugo) a Arzúa (A Coruña), doña Cristina ha asistido a la Misa del Peregrino, celebrada en la Catedral compostelana y oficiada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Lo hacía acompañada de su marido, Iñaki Urdangarín, y de sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene, que recorrieron junto a la Infanta la ruta del Río Ulla, por el que, según cuenta la tradición, llegaron los restos del Apóstol Santiago a Pontevedra.
Los Duques de Palma y sus hijos, ataviados con ropa informal, entraron al templo por la puerta de Azabachería, en la Plaza de la Inmaculada, donde fueron recibidos por el deán, José María Díaz, y por numerosos ciudadanos que esperaban, curiosos, la llegada de estos peregrinos tan especiales.
En la ceremonia religiosa, los pequeños fueron los principales protagonistas ya que, al parecer, quedaron sorprendidos con el movimiento del Botafumeiro, hecho que despertó la sonrisa de los allí presentes. También asistieron a la misa los padres del Duque de Palma, Juan María Urdangarín y Clara Liabert.
La última ocasión en la que pudimos ver a doña Cristina en la localidad gallega fue en el pasado mes de mayo cuando cumplió con la tradición de cruzar la Puerta Santa y abrazar la imagen del Apóstol Santiago para conseguir así el Jubileo.