La reina Sofía volvió esta semana a casa: Grecia. La soberana regresó a su país una vez más por trabajo, para inaugurar en Atenas la nueva sede del Instituto Cervantes y la exposición Arquitectura española contemporánea en la Gliptoteca Nacional, pero como en cada visita oficial a su tierra natal tampoco faltaron los recuerdos, los reencuentros con viejos conocidos y las muestras de cariño y aprecio durante su estancia. Dos días -miércoles y jueves- demasiado cortos, pero intensos en los que la Reina ha ejercido como embajadora de excepción de la cultura española.
Nadie mejor que la Reina, símbolo de la cercanía entre los dos pueblos, para ofrecer una impecable imagen de España y promover la lengua española en Grecia. La soberana recorrió, acompañada por la secretaria de Estado, Soraya Rodríguez; la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel; el director del Instituto de Atenas, Eusebi Ayensa, así como por el ministro de Cultura griego, Pavlos Yerulanos, y el embajador de España, Miguel Fuertes, las instalaciones de la nueva sede, un moderno edificio situado en el centro de la capital, cerca de la plaza de la Constitución, y descubrió la placa conmemorativa. Doña Sofía visitó la sala de exposiciones, dónde admiró obras de Miró procedentes de la Fundación Miró de Mallorca -parte de la exposición que había inaugurado hace unos meses en la fundación Telóglio de Tesalónica, gracias también a la ayuda del Instituto Ramón Llull-, una de las aulas y la biblioteca con más de 20.000 libros.
Sus últimas horas en Atenas las pasó en la Gliptoteca de Atenas. Allí asistió, junto con el Presidente de la República Griega, Carolos Papulias, a la inauguración de la exposición: Una ciudad llamada España, organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX) con la colaboración de la Pinacoteca Nacional griega. Contempló los 80 proyectos creados por más de 100 arquitectos contemporáneos españoles, desde figuras consagradas hasta los mas jóvenes, y de distintos puntos de la geografía española.
Volaron sus días en Atenas, pero a su regreso le esperaban las mejores noticias: el Rey recibiría hoy el alta médica y abandonaría a lo largo del día la Clínica Planas de Barcelona, en la que ha permanecido ingresado bajo supervisión médica tras ser intervenido el pasado 8 de mayo de un nódulo en el pulmón derecho en el Hospital Clínic, y pondría rumbo a Madrid para reincorporarse poco a poco a su actividad habitual.
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