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En la historia más reciente de España, no se han producido divorcios en miembros de la Familia Real; sin embargo, no hay más que remontarse a la primera mitad del siglo XX para comprobar que han precedido varias separaciones matrimoniales reales al divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Aún así, marca un precedente, ya que es la primera vez que se produce con un hijo de soberano reinante.
La última, y más conocida, de las separaciones en el seno de la Familia Real española es la protagonizada por el infante Jaime, hermano de don Juan. El tío de don Juan Carlos se divorció de Emmanuela Dampierre, en 1939, tras haber tenido dos hijos, el Duque de Cádiz (padre de Luis Alfonso de Borbón) y Gonzalo de Borbón. Seis años antes, en 1933, el primogénito de Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, Alfonso de Borbón y Battemberg, se divorció de Edelmira Sanpedro-Ocejo y Tobato para contraer matrimonio el mismo año con Marta Rocarfoor y Altazarra. Don Alfonso tampoco tuvo suerte en este segundo matrimonio que terminó en divorcio en 1938. Estos divorcios tuvieron lugar cuando los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia estaban en el exilio ya que el reinado del monarca acabó en 1931.
Empezaba el siglo XX, en 1900, cuando la infanta Eulalia, hija de la reina Isabel II, se divorciaba de su primo hermano, Antonio María de Orleáns. En aquel momento, su madre ya había abdicado a favor de su hijo, el rey Alfonso XII, éste había fallecido y Alfonso XIII era el soberano que reinaba bajo la regencia de su madre María Cristina. Por tanto, la infanta Eulalia tampoco era hija de soberano reinante en el momento de su divorcio sino tía del rey Alfonso XIII.
En las Cortes europeas
La historia en las Cortes europeas es, no obstante, bien distinta. El caso más reciente es el divorcio del príncipe Joaquín de Dinamarca. El hijo menor de la reina Margarita volvió a casarse con Marie Cavalier, tras divorciarse en abril del 2005 de la condesa Alejandra, con quién tiene dos hijos, Félix y Nicolás.
El precedente en la Familia Real inglesa lo marcó la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel, al separarse oficialmente de Anthony Amstrong-Jones en 1976. La reina Isabel calificó 1992 de Annus horribilis y fue, en gran parte, por las separaciones de sus tres hijos mayores. La crisis matrimonial del Príncipe de Gales se hizo evidente ese año aunque el divorcio de la princesa Diana no se produjo hasta 1996. En 1992, la princesa Ana firmó el divorcio de su primer marido, el capitán Mark Phillips y celebró su nueva boda con Tim Laurence. Por último, los Duques de York, el príncipe Andrés y Sarah Ferguson, decidieron dar por finalizado su matrimonio ese año si bien el divorcio fue ratificado en 1996.
La princesa Irene, hermana de la reina Beatriz de Holanda, disolvió su matrimonio con Carlos Hugo de Borbón Parma en 1981 y no hay que olvidar el divorcio de la princesa Carolina de Mónaco de Philippe Junot en 1980, sólo dos años después de la boda de la hija mayor de los príncipes Rainiero y Gracia.