Cena de gala en el Palacio Real en honor al Presidente del Líbano
Los Príncipes de Asturias acompañaron a los Reyes durante la velada
Volvieron a engalanarse los salones del Palacio Real de Madrid para una nueva cena de gala. Los Reyes de España, acompañados por los Príncipes de Asturias, agasajaron anoche al Presidente del Líbano, Michel Sleiman, y su esposa, Wafaa, que iniciaron ayer una visita de Estado a España, la primera que realiza un Jefe de Estado libanés en medio siglo.
Don Juan Carlos y doña Sofía habían recibido esa misma mañana a sus huéspedes en el palacio de El Pardo, la residencia oficial del mandatario libanés durante su estancia. Ambos Jefes de Estado se saludaron en la explanada frente a la fachada principal del palacio; escucharon desde una tribuna de honor los himnos nacionales de los dos países mientas se disparaban las 21 salvas de honor; pasaron revista a una compañía de honores, y saludaron a las delegaciones de los dos países. Tras la bienvenida oficial, el Presidente y su esposa se trasladaron al Palacio de la Zarzuela para almorzar con los Reyes y los Príncipes de Asturias, donde posaron para los medios gráficos antes de pasar al interior del Palacio.
Buena sintonía
Como broche de oro a la primera jornada de su visita de tres días, los Reyes obsequiaron a sus invitados con una cena de gala en palacio. Una velada en la que reinó el equilibrio entre el boato de las citas palaciegas y la sobriedad que se impone en tiempos de crisis. Las damas reales ofrecieron el mejor ejemplo. Se vistieron para la ocasión majestuosas, de largo y con tiara, aunque repitieron traje y rescataron de los cofres de la Corona las fabulosas joyas. La reina Sofía lució un vestido blanco brocado, que combinó con una túnica satinada del mismo color, y, como adornos, pendientes de perlas, un conjunto de gargantilla y pulsera de oro y la tiara de las flores. Por su parte, doña Letizia volvió a llevar el vestido rojo con cuerpo entallado sin mangas de guipur y falda plisada con efecto arrugado y la espectacular tiara prusiana que adornaba su larga melena lisa con puntas rizadas.
Ayer también se notó especialmente la buena sintonía. Tanto entre anfitriones e invitados de honor, como entre los matrimonios o entre suegra y nuera y, como pocas veces trasciende, entre suegro y nuera, que conversaron animadamente antes de pasar al Comedor de Gala del Palacio Real. A ellos se unieron los miembros de las delegaciones de España y del Líbano. La española la encabezó el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la libanesa formada por los miembros de su Ejecutivo que se han desplazado para esta visita.
Por la paz en Oriente Próximo
Durante el brindis, el Rey reiteró que "el compromiso de España con el Líbano es amplio y sólido" y que "la consecución de la paz y la estabilidad en Oriente Próximo” es y será una de sus prioridades. Don Juan Carlos subrayó que se admira la fuerza del Líbano, un país moderno y un lugar de encuentro de culturas y religiones, que " se afana por fortalecer la democracia en la región de Oriente Medio". Un objetivo en el que siempre podrá contar con "el respeto, la cooperación y la amistad de España", que se siente muy comprometida con su búsqueda de la paz, la estabilidad, la unidad, la independencia y el progreso social y económico.
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