El mismo guión de siempre, pero distinta cara presentó ayer la entrega de despachos de oficiales de la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia). El Príncipe de Asturias regresó a su Academia, la misma en la que se formó durante el curso 1987/88 como miembro de la XLI Promoción y en la que recibió su propio despacho el 10 de julio de 1989, para presidir la ceremonia junto a la princesa Letizia. Como anteriores veces, pero con aire más reluciente: el de las ocho puntas que llevó por primera vez tras su ascenso. El Príncipe vestía uniforme de gala de Teniente Coronel del Ejército del Aire, nuevo grado que le fue concedido por el Consejo de Ministros el pasado viernes, mientras que doña Letizia llevaba una blusa de manga larga en blanco roto, falda del mismo color con motivos florales en violeta, a juego con los zapatos y el bolso, así como gafas de sol y abanico.
Entre las autoridades civiles que asistieron al acto se encontraban la subsecretaria de Defensa, María Victoria San José; el Presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel; el Presidente de la Asamblea Regional, Francisco Celdrán; y el Delegado del Gobierno, Rafael González Tovar. También estuvieron presentes las Alcaldesas de San Javier y Los Alcázares, Pepa García y Encarnación Gil, respectivamente. Asimismo, asistieron a la entrega de despachos algunas autoridades militares entre las que se encontraba el Jefe de Estado Mayor de Defensa, José Julio Rodríguez; el Jefe del Estado Mayor del Aire, José Jiménez Ruiz; el General jefe del Mando General, Fernando Lens, y el Almirante de Acción Marítima de Cartagena, Emilio José Nieto Manso.
El acto siguió el esquema de ediciones anteriores: el Príncipe pasó revista al escuadrón de alumnos, saludó a las autoridades civiles y militares asistentes y, posteriormente, el Arzobispo castrense de España, Juan del Río, oficiante del servicio de acción de gracias; hizo entrega de los Reales Despachos a los tenientes y alféreces número 1 de los diferentes cuerpos y escalas, e impuso las correspondientes condecoraciones; mientras que los demás alumnos recibieron sus despachos de manos del resto de las autoridades militares y civiles presentes; dio la orden de romper filas a los nuevos oficiales que lanzaron al vuelo sus gorras y comenzaron la celebración de su graduación; los Herederos presenciaron un desfile aéreo y otro del escuadrón de alumnos y al homenaje a los que perdieron su vida por España, depositándose una corona de laurel ante el monumento a los caídos.
Finalmente, el acto concluyó con un vino español en el Club Social de Alumnos de la Academia General del Aire de San Javier, al que asistieron tanto los Príncipes, quienes saludaron y departieron con los nuevos oficiales y sus familiares, así como las autoridades civiles y militares asistentes al acto.