Doña Letizia presidió esta mañana tres audiencias en el Palacio de la Zarzuela
La Princesa de Asturias, integradora de todos los españoles como representante de la Corona de España, ha demostrado hoy con su agenda que está por la integración de todos. Sin excepciones. Lo ha dejado claro en el transcurso de dos de las tres audiencias en el Palacio de la Zarzuela con las que doña Letizia ha proseguido esta semana su actividad oficial, mientras el príncipe Felipe se encuentra en Panamá para asistir a la toma de posesión del presidente Ricardo Martinelli.
La primera recepción: a una representación de la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración y Ayuda de Marginados (FACIAM), encabezada por su presidenta, Rosalía Portela, que le ha expuesto sus proyectos para atender a las más de 30.000 personas sin hogar que viven en España. La segunda: a una veintena de representantes de la Fundación Juan XXIII, encabezados por el psicólogo Javier Arroyo, quien estableció en 1965 junto a su esposa, la pedagoga Amparo Martínez, esta entidad dedicada a mejorar la calidad de vida y la integración social de personas adultas con discapacidad intelectual, que abarca aspectos pedagógicos, terapéuticos, psicosociales y sociolaborales. La tercera: a una representación del Grupo Accenture y del premio de periodismo económico que otorga anualmente esta consultoría, cuya última edición ha ganado el colaborador del diario El País Manuel Ángel-Méndez.
Doña Letizia demostró atenciones para todos
Aunque el problema de la integración no son integrales matemáticas, doña Letizia ha querido insisitir con esta audiencia (y la posterior) en que tiene igualmente solución. Si incidimos sobre la variable de la concienciación y operamos la suma del esfuerzo de todos, podemos obtener el óptimo resultado. El ejemplo lo puso la Princesa aplicándose a la tarea. Tras saludar a cada uno de los integrantes de la delegación de FACIAM, y posar junto a ellos en los jardines del palacio para los medios gráficos, la Heredera conversó en el Salón de Audiencias con sus invitados sobre la situación de las personas sin techo y las iniciativas más efectivas para combatir la exclusión social de este colectivo; sobre el drama de un millón y medio de familias, que viven en infraviviendas, y de más de 30.000 personas que carecen de hogar y sobre las situaciones de riesgo de exclusión social más habituales en España: desahucios por impago de deudas, realojos, el abandono de los centros de acogida o el hogar familiar por jóvenes sin recursos, la reinserción de los ex presos, las rupturas familiares, las depresiones y los trabajos temporales e inseguros.
Siguió el mismo planteamiento en su audiencia a los representantes de la Fundación Juan XXIII, una de las principales instituciones dedicadas a la integración del colectivo de la discapacidad intelectual. La misma cuya nueva sede (las instalaciones de 10.000 metros cuadrados en el madrileño distrito de Vicálvaro en las que trabajan unas 400 personas, el 90 por ciento de ellos discapacitadas) habían inaugurado los Príncipes de Asturias en septiembre de 2006. Apuntó cifras y datos y demostró, como en los teoremas, con atenciones para todos, que la resolución depende de nosostros. Íntegramente de cada uno de nosotros.
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