Se mostró sonriente como siempre, pero parecía feliz como nunca. Si bien [doña Elena] adereza todas y cada una de sus apariciones públicas con una sonrisa amable, la que ayer desplegó durante la inauguración de la XVIII edición del Salón Internacional del Caballo (SICAB) se asemejaba más a un gesto de felicidad. Probablemente por presidir, ella que es una enamorada de los caballos, una cita ecuestre como esta, que amadrina desde el año 1991, aunque hacía más de diez años que no acudía a su estreno, y por volver a Sevilla, la ciudad que albergó su histórica boda y que siente un poco suya, al igual que todos los miembros de la [Familia Real española]. Un cariño hacia la capital andaluza y su gente que es correspondido y que los sevillanos presentes manifestaron en forma de ovación antes del comienzo de la ceremonia inaugural, que incluía el espectáculo Caballos egregios.
Se notaba que la Infanta estaba en su salsa no sólo porque mostraba profundo interés por todo lo concerniente a esta nueva edición del Salón del Caballo, sino porque, ajena a la formalidad de los actos oficiales, se la veía disfrutar abiertamente del ambiente visitando los stands, comprando algunos artículos para los equinos y conversando con los ganaderos y figuras de este mundillo. Muchos de ellos amigos. También doña Elena estuvo acompañada por el Consejero andaluz de Agricultura, Martín Soler; el Alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín; el Presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos de Pura Raza Española (ANCCE) -organizadora del Salón-, Javier Conde, y autoridades de México, país invitado al Sicab, entre otras personalidades. Tras saludar a directivos de ANCCE, como el ganadero Álvaro Domecq, al Ministro de Agricultura de México, Jorge Rueda, a su Embajador en España, Jorge Zermeño, y la Concejal de Fiestas Mayores de Sevilla, Rosamar Prieto-Castro, la infanta Elena recibió como obsequio una figura de un caballo de plata.
Con 2,6 millones de euros de presupuesto, el salón monográfico más importante del mundo dedicado exclusivamente a la Pura Raza Española (PRE) cuenta este año con 1.114 caballos de 317 ganaderías, de los que 506 participarán en la final del Campeonato de España, y homenajea a México, que ha sido elegido por ser el segundo país en importancia en la existencia y la cría del pura raza español. Por ello, además de ofrecer muestras de su folclore y equitación, México participa con 160 ganaderos, contará con 80 metros cuadrados en la zona de muestras y será protagonista de un expositor en la carpa de ganaderos.