La Reina conoce el 'milagro' del obispo español Kike Figaredo en Camboya

La Reina visitó a los mutilados por las minas antipersona del centro Arrupe

por hola.com
La Reina emprende la recta final de su viaje a Camboya con los deberes hechos y los objetivos cumplidos: sensibilizar, con su presencia y testimonio, de la necesidad de proporcionar al país asiático paz, seguridad y ayuda. Con tal fin, se trasladó ayer hasta la región camboyana más pobre y desolada, donde el jesuita español Kike Figaredo ha obrado un pequeño gran milagro con su centro Arrupe, que ha convertido en un reducto de solidaridad entre la devastación reinante por las guerras, las epidemias y las minas antipersona.

Lograr que "la vida sea una fiesta para todos" y, especialmente, para aquellos que sufren ha sido desde hace más de 20 años el sueño del obispo de la prefectura de Battambang, premio Vocento de los Valores Humanos 2007. A su conquista se ha dedicado con entrega y esfuerzo dejando fuera cualquier atisbo de desaliento. El fruto ha sido conseguir una vida infinitamente mejor para los discapacitados por las minas antipersona (o por la poliomielitis) y, en consecuencia, una comunidad de corazones contentos y optimistas.

Un rincón de paz
La visita de doña Sofía a las instalaciones del centro Arrupe era, por tanto, una ocasión para celebrar y fue recibida con ambiente festivo: banderas españolas, carteles de bienvenida en castellano, sonrisas de agradecimiento, fervientes saludos y bailes. La Reina recorrió maravillada, acompañada del obispo, la oficina de la Prefectura, los dos edificios de viviendas para la atención de 42 niños discapacitados, el taller de montaje de sillas de ruedas, el centro de formación y de producción textil y la tienda del Centro Arrupe, así como la aldea de Tahen, donde se ha construido dos colegios, una guardería, una iglesia y un taller de artesanía.

Hoy, último día de estancia en Camboya, que transcurrirá en Siem Reap, la Reina conocerá la Escuela Primaria Wat Run, una de las 1.400 del país en las que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU actúa en la lucha contra el hambre y la soberanía alimentaria. La AECID ha apoyado este programa con un millón de euros en 2006 y 2007.