Así fueron las primeras comuniones de las infantas Elena y Cristina y del príncipe Felipe

Tres décadas después de que los hijos de los Reyes recibieran la Eucaristía comienza la era de los nietos con la comunión de Felipe Juan Froilán

Por hola.com

Los entonces Príncipes de España eligieron el día 30 de mayo de los años 1972, 1973 y 1975, para la celebración de las Primeras Comuniones de sus tres hijos en el palacio de la Zarzuela. Sin hacer distinción alguna entre los hermanos, don Juan Carlos y doña Sofía decidieron que las tres ceremonias tendrían lugar en la pequeña capilla del palacio de la Zarzuela y que las tres se desarrollarían en un ambiente de estricta intimidad familiar.
Asimismo, los actuales Reyes eligieron como imagen para el recordatorio de las comuniones la Última Cena de Jesús acompañado por sus doce discípulos. Una sencilla estampa en la que grabaron la corona real en relieve de oro sobre los nombres de los Infantes.
La ceremonias de los tres pequeños, hoy padres de familia, fueron oficiadas por el padre Aguilar, un sacerdote dominico -la misma orden a la que pertenece la iglesia elegida por el colegio para las comuniones de Felipe Juan Froilán y sus compañeros de curso-, que consiguió emocionar a todos los presentes con sus emotivas y cariñosas palabras llenas de amor y ternura.
Por último, señalar que, en las tres ceremonias religiosas, estuvieron presentes las profesoras de los pequeños infantes, la directora de su colegio, y todo el personal que estaba en aquel momento al servicio de los Príncipes de España encabezado por el Jefe de la Casa, el marqués de Mondéjar.

La Primera Comunión de la infanta doña Elena Con el pelo recogido con un lazo blanco, su vestido de organza, y un cirio entre las manos recibió la [infanta Elena] el Sagrado sacramento el 30 de mayo de 1972.
La actual Duquesa de Lugo, nacida el 20 de diciembre de 1963, llevaba sobre su pecho una cruz con cadena de oro y ocupó en todo momento un lugar preferente entre doña Sofía y don Juan Carlos ante el altar de la capilla de la Zarzuela. A la comunión de la primogénita de los actuales Reyes -hoy la madre del gran protagonista del día, Felipe Juan Froilán-, asistieron, además de sus padres y hermanos, su abuela materna, la condesa de Barcelona; sus tías, las infantas Pilar y Margarita y sus primos, Simoneta y Juan. La infanta Elena tenía nueve años cuando recibió el sagrado sacramento.

Primera Comunión de la infanta doña Cristina
30 de mayo de 1973. La infanta Cristina llevó el día de su primera comunión un traje muy parecido al que usara su hermana un año antes. También, una cruz idéntica, y el mismo peinado: la melena suelta con un pequeño lazo que le recogía el pelo para dejar su frente al descubierto.
Para el gran día de la [infanta Cristina], doña Elena estrenó un vestido de flores muy primaveral y el infante Felipe volvió a ponerse corbata y zapatos de hebilla para asistir a tan solemne ceremonia. Además de sus padres y sus hermanos, asistieron a la celebración, su abuela paterna; el duque de Badajoz, su hija Simoneta -la infanta doña Pilar acababa de dar a luz a su cuarto hijo- y los duques de Soria. La infanta Elena y el príncipe Felipe llevaron los velones que el mismo don Juan Carlos se encargó de encender.

El infante Felipe recibió la Eucaristía con siete años
Viernes 30 de mayo de 1975. Don Felipe, el más pequeño de la casa, hizo su primera comunión en un día soleado y primaveral en la pequeña capilla del palacio de la Zarzuela. Le acompañaron sus padres; sus hermanas; su abuela, la condesa de Barcelona; y sus tías, las infantas doña Pilar y doña Margarita que acudieron a la ceremonia acompañadas de sus esposos y sus hijos.
El príncipe Felipe vestía completamente de blanco -pantalón sobre la rodilla, camisa de manga corta, medias y zapatos blancos-, y llevaba al cuello una cruz -podría ser la misma que usó su primogénita, la infanta Leonor, el día que fue presentada ante la Virgen de Atocha- y una medalla con cadena de oro.
Sus hermanas, que vestían también con dos trajes blancos bordados con nido de abeja en azul y dos sencillas cintas del mismo color, fueron las encargadas de portar los cirios blancos que permanecieron encendidos durante toda la ceremonia.