La infanta Leonor, que ha sido la protagonista de los momentos más emotivos y alegres de la presentación en sociedad de su hermana, se ha ganado definitivamente un hueco en el corazón de los españoles.
Extrovertida, independiente, divertida, "pilla", con carácter y especialmente curiosa, la primogénita de los Príncipes de Asturias se dedicó a hacer sus primeras prácticas con el espumillón (cortavientos) de los micrófonos de las cámaras, pidiendo uno más a su padre ("papá otro), diciéndole dónde tenía que volver a colocarlos ("ahí"), y despidiéndose de todos en repetidas ocasiones con un adiós a su manera: "adió, adió".
A sus 17 meses recién cumplidos, y vestida con un traje bordado en nido de abeja y estampado en flores con predominio del rojo -el color que sin duda, más la favorece-, Leonor demostró una vez más que lo suyo es "escaparse" para descubrir el mundo, que le gustan los fotógrafos y los periodistas y que sabe cuando emplearse a fondo para conseguir sus momentos de gloria.
Podría decirse de hecho que la infanta Leonor, que no hizo demasiado caso a su hermana durante la presentación, y se ocupó de entretener a los presentes con todo un repertorio de monadas reales, eligió la tarde en la que Sofía posaba por primera vez ante las cámaras para debutar ante los españoles diciendo publicamente sus primeras palabras.