Dos días después del nacimiento de su hija, la Infanta Leonor, el Príncipe de Asturias ha reanudado su agenda de trabajo prevista para esta semana. Exultante y con un especial brillo en la mirada, don Felipe asistió a la Residencia de Estudiantes para presidir una reunión de su patronato y visitar una exposición dedicada al poeta Manuel Altolaguirre. Durante su comparecencia, el Príncipe declaró a los periodistas que su hija, Leonor, "es muy guapa, pero no soy imparcial " y que tanto la madre como la niña se encuentran bien, aunque no sabe todavía cuándo abandonarán la clínica Rúber Internacional. En cuanto a sus dotes de padre, don Felipe reconoció sonriendo que se maneja con la pequeña "bien, bien, aunque con mucho tiento".
Se trata del primer acto oficial del Príncipe desde la llegada al mundo de su primogénita, en la madrugada del pasado 31 de octubre, y, también, desde entonces, su ausencia más larga de la habitación 10 de la Clínica Rúber Internacional, donde su esposa, doña Letizia, y su pequeña se recuperan. En estos dos días, don Felipe había permanecido junto a ellas todo el tiempo, salvo por espacio de una hora cuando se ausentó de la clínica sobre las 22:00 horas de ayer. Y pese a que el Heredero ha retomado sus compromisos oficiales -el jueves por la tarde presidirá el acto conmemorativo del aniversario del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que se celebrará en la sede del Tribunal Supremo-, continuará alojándose en la Clínica Ruber Internacional junto a su esposa y su hija hasta que ellas reciban el alta.
Un nuevo príncipe Felipe
El Príncipe ha cambiado. En los dos últimos años y, especialmente, en los últimos días, hemos sido testigos de su transformación. Sonríe más, se muestra muy próximo a sus conciudadanos, se emociona, rompe el protocolo con facilidad. Ha pronunciado públicamente palabras de hombre enamorado, se ha dejado ver mirando enternecido a su esposa, fotografiándola, compartiendo un helado, como una pareja más de enamorados... Más allá de su condición de Heredero, don Felipe ha sido el futuro padre. El Príncipe ha participado del embarazo con verdadera responsabilidad e ilusión. Ha sido el marido que acompaña a su esposa a la consulta -eso sí, siempre a horas muy bien elegidas para no coincidir con otras pacientes- para las revisiones rutinarias, que se interesa y que está en todo
Así lo ha sentido y, por eso, entró en quirófano para ayudar a su esposa a traer a su primogénita al mundo. Y, ahora, absolutamente hecho a su nuevo papel, pronuncia palabras de padre orgulloso.