El palacio real de Aranjuez vuelve a ser el que era en tiempos de la reina Isabel II. El palacete que doña Letizia visitó, en silencio y sin previo aviso, de mano de su Príncipe, después de que se hiciera público su compromiso, ha rescatado los cuadros, tapices, cortinas, lámparas y objetos personales de la inquilina que mayor huella ha dejado tras sus muros. Y hoy vuelve a ser en una recreación fiel a la isabelina. Una réplica a la residencia en la que vivió la reina Isabel II, de la que fue testigo parcialmente, aquella mañana, la entonces futura Princesa de Asturias.
Para devolver al palacio el esplendor que tuvo durante el periodo isabelino, se han analizado 7.000 documentos, cientos de fotografías de la época, todos los inventarios que se efectuaban al fallecimiento de cada monarca -o en el cambio de dinastía- y toda la bibliografía existente y se han restaurado un total de 30 salas y 1.355 obras de arte, cuyo coste ha alcanzado los once millones de euros. Una labor de diez años de reformas y arduo trabajo, que ha pasado por recuperar las obras de arte dispersas en otros museos y palacios y reproducir tapicerías, estucados, pasamanerías, suelos, etc.
"La restauración ha sido total, gracias a un amplio equipo interdisciplinal, y se ha centrado en tres campos. Uno, la restauración decorativa de los interiores; en segundo lugar, la renovación de infraestructuras, y, por último, la creación del Centro de Recepción de visitantes", dijo Álvaro Fernández Villaverde, duque de San Carlos, presidente de Patrimonio Nacional.
Estancias privadas
Cientos de cambios y retoques, a lo largo de estos últimos diez años, que han conducido también a importantes hallazgos. Fue el caso del descubrimiento de los frescos originales que decoraban el techo del antiguo Despacho del Rey Carlos II, obra de Lucas Jordán, que habían permanecido ocultos por un falso techo. Desde su restauración, uno de los espacios más espectaculares del Palacio de Aranjuez.
Por otro lado, se ha intentado en todo momento ser fiel al original isabelino, tanto en el conjunto como en los detalles. Así pues, se ha recuperado la mayor parte de los cuadros que componían la Galería de los Paisajes: "Los que faltan están en el Prado. Se ha dejado el hueco en blanco para ser fieles al diseño original"; se han mantenido los suelos austeros de paja de arroz, que, en aquel entonces, en los días de calor, se mojaban para refrescar las estancias, pero, de todas las repreoducciones, son las réplicas de las salas privadas de los reyes y los infantes las que llaman poderosamente la atención -sus baños y aseos, el office, la estancia del billar...-.
En cuanto a las distintas actuaciones en las infraestructuras lo más destacado es el emplomado de todos los elementos que dan al patio de armas y de las cubiertas y la recuperación del cimborrio de la capilla de Felipe II, que desapareció en una reforma del palacio del siglo XVIII. Por último, con la creación del Centro de Recepción de visitantes, que empezó a funcionar la semana pasada, Patrimonio Nacional da por finalizada su intervención en el palacio.