La princesa Mary, que acudió al teatro Stage berlinés acompañada por su esposo, el príncipe Federico, fue distinguida con uno de los galardones mediáticos que concede cada año la editorial alemana Burda, en su caso en la categoría benéfica. La popular actriz alemana Maria Furtwängler -esposa del editor Hubert Burda, el hombre que está detrás de los premios-, fue la encargada de entregarle el suyo: "Me siento realmente honrada. Recibo este premio Bambi como una antorcha de esperanza por cada mujer y cada chica que viven en medio de la violencia o con miedo a sufrirla", agradeció la Princesa. Su marido, cuyos años locos de juventud serán llevados próximamente a la gran pantalla, la aplaudió con orgullo.
La ceremonia estuvo a punto de acabar mal para la princesa Mary, ya que al bajar las escaleras del escenario, se enredó en su largo vestido y estuvo a punto de caerse. Pero la futura Reina danesa mantuvo el equilibrio para llegar sin problemas a su lugar en la primera fila del auditorio y salvó el complicado trance con elegancia. Vislumbrada en todos sus gestos, obvia en su atuendo. Resplandecía con el reluciente Bambi que era, más que una recompensa, un estímulo para continuar su labor benéfica, pero también con su deslumbrante vestido peplum de color azul noche y escote asimétrico del diseñador danés Jesper Høvring, que la confería todos los adjetivos dignos de una reina: majestuosa, imponente, radiante… Un look que no podía haber sido más perfecto y que coronaban un clutch azul satinado, pendientes largos de Aguamarina y un romántico recogido chignon.
La gala reunió a otros reyes de diferentes ámbitos, como Bono, de U2, que pasó un susto tremendo cuando su avión privado perdió la escotilla trasera en pleno vuelo al poner rumbo a Berlín; la actriz Uma Thurman, que estaba como una niña de contenta con su premio; el torbellino escénico Ariana Grande, que dio razones de su boom; la despampanante top model Toni Garn, o los pilotos alemanes de Fórmula Uno Sebastian Vettel y Nico Rosberg. Todos se hicieron con uno de los premios Burda, que se entregan desde 1948 a aquellos que atraen la atención mediática a través de una actividad laboral visionaria. Pero sólo podía reinar una.
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