A Federico y Mary de Dinamarca se les escapa el amor
Los Príncipes, que el pasado mes de mayo cumplieron diez años de casados, se mostraron como dos jóvenes enamorados prodigándose toda suerte de gestos cariñosos durante su ajetreado programa de su visita oficial en Canadá
Una mano en la cintura, una mejilla contra otra mejilla, unos ojos hablándose sin necesidad de palabras, una sonrisa pizpireta... no son gestos que a menudo suelan hacer acto de presencia en las protocolarias actividades oficiales de la realeza, pero es que a Federico y Mary de Dinamarca se les sigue escapando el amor después de diez años de matrimonio. La visita oficial a Canadá que realizaron la semana pasada evidenció que la relación entre los Príncipes daneses, que en mayo pasado cumplieron una década de casados, al igual que nuestros Reyes, atraviesa por un momento excelente.
A pesar del ajetreado programa, que incluyó una veintena de compromisos en las ciudades de Otawa y Toronto en sólo tres días, los Príncipes se mostraron como dos jóvenes enamorados prodigándose toda suerte de gestos cariñosos. Ambos aparecieron varias veces antes las cámaras agarrados de la mano, como el pasado viernes, último día de la visita y segundo en Toronto, mientras recorrían algunas de las instalaciones que el próximo año acogerán los Juegos Panamericanos.
Tampoco el príncipe Federico tuvo reparo en agarrar a la princesa Mary por la cintura, donde la espalda pierde su nombre, en el Pan Am Fields, en la Universidad de Toronto. Allí asistieron primero a una demostración de fútbol siete para minusválidos y luego a una exhibición de El-Hockey, un nuevo deporte, una especie de hockey sobre hielo para personas en silla de ruedas. Los Príncipes charlaron luego con los participantes derrochando calidez, simpatía... y por supuesto amor.
La visita fue uno de los últimos actos del día y del viaje a Canadá, que finalizó horas después con una cena y su presencia en el estreno de The Salvation, una película del director de cine danés Kristian Levring. Estos días continuarán paseando su amor por Nueva York, capital del mundo y de royals.