El buque real danés, el Dannebrog, se preparara para el viaje oficial a Groenlandia de los príncipes herederos Federico y Mary de Dinamarca, y de sus hijos: Christian, Isabella, Vincent y Josephine, que por primera vez pisarán el frío suelo groelandés. Los cruceros de verano son una tradición en la familia real danesa, que hacen del yate real su residencia oficial y privada cuando están en visitas oficiales en el extranjero o en los cruceros por aguas nacionales.
Aunque aún faltan unos días para que el barco zarpe, la tripulación ya está preparando la visita y hemos podido ver como los marineros formaban una cadena humana para subir a bordo los suministros para la familia real y la tripulación. Entre los muchos productos había cereales, galletas y mucha crema de untar de chocolate, que evidencia que los hijos de los príncipes herederos tienen gustos muy parecidos a los de cualquier niño.
La cantidad de alimentos puede parecer mucha para un viaje de sólo una semana, pero es que además de la familia real en el Dannebrog va un equipo compuesto por 9 funcionarios, 7 sargentos, 2 marineros de primera, segunda clase y 35 personas de tropa, todos ellos pertenecientes a la armada danesa.
El viaje, que comenzará el 1 de agosto con la visitas a Igaliko y Narsaq, y terminará el 8 de agosto en la capital groelandesa, Nuuk, promete ser muy especial gracias a la presencia de los cuatro hijos del matrimonio, que descubrirán las peculiaridades de esta región autónoma del Reino de Dinamarca que tiene más del 84% de su superficie cubierta de hielo.
El yate real encierra una gran historia ya que su bandera fue izada por primera vez en 1932 por la reina Alexandrine en Copenhague y desde entonces ha recorrido más de 400.000 millas náuticas y visitado la mayoría de los puertos de Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe. El barco también ha visitado los puertos de Europa, especialmente en Francia, y ha estado en el Mediterráneo y los mares del Caribe.