El príncipe Henrik, un abuelo feliz en su ochenta cumpleaños
Celebró su aniversario rodeado por toda su familia, sus dos hijos y ocho nietos
Ochenta años no se cumplen todos los días y es, sin ninguna duda, la ocasión perfecta para reunir a la familia. El príncipe Henrik de Dinamarca decidió marcar esta fechan tan especial con un posado en el castillo de Caix, al sur de Francia, un entorno en el que disfrutar no sólo de la naturaleza, sino del buen vino que elabora en él. Una ocasión distendida en la que se pudo ver el lado más cercano de los Reyes y sus hijos, en espontáneos gestos como el del príncipe Henrik subiendo los brazos o las carcajadas de la reina Margarita.
“Gracias, gracias, por haber venido. Es un bonito día", dijo un exultante Enrique antes de sentarse en un banco del jardín. Después invitó a los asistentes a una copa de vino blanco de sus viñedos con estas palabras. “Todos los que están aquí, acérquense y tomen una copa de mi vino. Está bueno”añadió.
Los ocho nietos de los Reyes acapararon además una buena parte de las atenciones de sus madres. Christian, Isabella y los mellizos Vincent y Josephine, hijos de los príncipes Federico y Mary, con un precioso vestido largo en tono verde, se unieron a sus primos, los dos hijos del anterior matrimonio del príncipe Joaquín con la condesa Alejandra, Nicolás y Félix, y los nacidos en su unión con la princesa Marie, Henrik y Athena. A las princesas Mary y Marie se las vio especialmente cariñosas con sus benjamines, que requirieron mimos durante la sesión de fotos.
El príncipe consorte ha recibido otros homenajes como una exposición en el castillo de Fredensborg, la publicación de un nuevo libro de poemas, el lanzamiento de un sello conmemorativo y una gala en el auditorio de la televisión pública danesa, DR.