La realeza lo mismo desfila majestuosamente por la alfombra roja que a toda velocidad por la alfombra blanca como suele ser habitual en estas fechas. Cada año reyes, reinas, príncipes y princesas se reservan unos días para disfrutar en familia de unas vacaciones de invierno y convierten en improvisadas pasarelas de glamour las nevadas laderas montañosas. La mayoría son grandes aficionados al esquí, pero concretamente los miembros de las monarquías escandinavas se han criado, como quien dice, con los esquís puestos, y a su pasión se une una especial habilidad para el deporte blanco. Así que, como no podía ser de otra forma, los primeros en acudir a la cita blanca y en estrenar este año las pistas han sido los miembros de la Familia Real de Dinamarca: primero Federico y Mary de Dinamarca con su familia numerosa, que nos obsequiaron con un entrañable posado en la localidad suiza de Verbier, y ahora, a poco más de una hora de allí, en Villars sur Ollon, hacen lo propio los príncipes Joaquín y Marie con sus hijos.
El príncipe Joaquín tuvo que suspender el año pasado la visita anual a Villars debido al embarazo de la princesa Marie, que en enero de 2012 dio a luz a la princesa Athena. Y este año ha decidido llevarse a toda la familia, incluyendo a la pequeña y a sus hermanos mayores, el príncipe Henrik y los príncipes Nicolás y Félix, frutos del anterior matrimonio del Príncipe con la condesa Alejandra. Pero la verdadera reina de las pistas fue la princesa Athena. La benjamina de la familia, que celebró el pasado 24 de enero su primer año de vida con nuevas fotografías oficiales, lució para su debut en la alfombra blanca un mono de color rosa palo y, como complementos, un gorro de lana con ochos y pompón de color gris, a tono con sus gafas de sol. Y derrochó encanto.
La princesa Athena hizo sus pinitos en la nieve deslizándose en trineo como sus hermanos y como también sus padres, que se convirtieron por unos días en unos niños grandes. Ayer la familia posó feliz para los medios de comunicación: "Hemos elegido un buen día", dijo sonriente el príncipe Joaquín, mientras el sol cegador le obligaba en algunos momentos a recurrir a las gafas de sol. También la princesa Marie se mostró encantada de regresar a Villars, donde se siente como en casa, ya que de joven vivió en un internado de la localidad suiza, y muchas veces tomaba el pequeño tren hasta la cima para esquiar. Además las idílicas vacaciones servirán al príncipe Joaquín para tomar fuerzas, ya que de jueves a sábado tendrá que ejercer como regente provisional ante la ausencia de su madre, la reina Margarita, y de su hermano, el príncipe Federico.