Llegan las Navidades y con ellas el tiempo por excelencia de los más pequeños, auténticos protagonistas de estas entrañables fechas. Esta época supone, de hecho, una de las mejores oportunidades para ver a los niños reales en salidas familiares. Como la que efectuaron los príncipes Christian e Isabella y los mellizos, los príncipes Vicent y Josephine, el pasado fin de semana en la iglesia de Esaja en Copenhague junto a sus padres, los Herederos de Dinamarca, con ocasión del concierto de Navidad del coro infantil del Real Conservatorio Danés en Copenhague.
La cita musical permitió ver a la familia al completo, acompañados por la asistente personal de la princesa Mary, Carolie Heering, su hija mayor, Emilie, y su hija pequeña Rose Marie, ahijada del príncipe Federico, y su marido, Peter. Los pequeños atendieron muy formales el repertorio del coro infantil, que momentos antes de comenzar el recital entregó a los niños reales unos paquetes de regalo. Para los mellizos supuso su debut en la tradicional cita, que se ha convertido en uno de los conciertos más populares de la capital danesa, y en la que se lo pasaron en grande escuchando a los cerca de 80 niños de entre 7 y 18 años que componen el coro interpretando salmos navideños y villancicos, asistiendo a una típica procesión de Santa Lucía, una festividad muy popular en Escandinavia, y desenvolviendo los obsequios.
Todos los presentes clavaron sus ojos en los espectadores reales y, en especial, en el príncipe Vincent y la princesa Jospephine, preciosos con el pelo más largo, que hicieron las delicias de los asistentes con sus ocurrencias. En cambio, los príncipes Christian e Isabella, experimentados príncipes en estas lides, ejercieron de hermanos mayores y se preocuparon en todo momento de que los mellizos se comportaran, de que no molestaran al público, así como de que estuvieran bien. Aunque el príncipe Vincent dio muestras de conocer bien el oficio.