Londres es estos días de Juegos Olímpicos un potente imán. Su campo magnético tiene la mayor fuerza de atracción conocida en una cita olímpica. Y es que estas Olimpiadas atraen a las gradas a quien se ponga por delante, incluida no la primera, ni la segunda, sino hasta la tercera generación real: la pandilla de las infantas Leonor y Sofía. Ya han ocupado las localidades olímpicas los cuatro hijos de Felipe y Matilde de Bélgica, los príncipes Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eleonor; las tres hijas de Guillermo y Máxima de Holanda, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, y sus sobrinas Luana y Zaira, hijas de los príncipes Friso y Mabel; los hijos de los Condes de Wessex, lady Louise y el vizconde James, y ahora los últimos en sumarse a la lista serán los hijos mayores de Federico y Mary de Dinamarca, los príncipes Christian e Isabelle, a los que vimos ayer disfrutar de un paseo en familia, con sus padres y su abuela, la reina Margarita, por la ciudad del Támesis. El príncipe Federico no había visto a los niños desde hace más de dos semanas y la princesa Mary desde poco menos, de ahí que el reencuentro con la familia fuera una escena muy emotiva, llena de besos y abrazos. Los Herederos daneses y sus hijos disfrutarán juntos del programa olímpico los próximos dos días y, entre otras competiciones, tienen previsto asistir a las pruebas de hípica y doma en Greenwich Park. Para los príncipes Christian e Isabella, de 6 y 5 años, serán sus primeros Juegos Olímpicos en vivo y en directo, una competición muy especial para sus padres, ya que se conocieron en Sídney 2000. ¿Alcanzará la fuerza magnética a nuestras Infantas?