Marie de Dinamarca: 'La vida de princesa no es la de los cuentos. Tenemos una gran responsabilidad'

La esposa del príncipe Joaquín ha concedido una entrevista al diario 'Jyllands Posten' cuando le quedan pocas semanas para convertirse en madre por segunda vez

Por hola.com

A pocas semanas de convertirse en madre de nuevo –espera su segundo hijo con el príncipe Joaquín para enero- la princesa Marie de Dinamarca ha abierto las puertas de su casa al diario Jyllands Posten, uno de los principales del país. La nuera de la reina Margarita cuenta ya los días para verle la carita a su bebé y apura las Navidades en el castillo Schackenborg en Mögeltönder, a más de 300 kilómetros de Copenhague y donde su marido lleva su granja, labor que compagina con su agenda oficial como príncipe.


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Desde que se casara con el príncipe Joaquín, en 2008, la vida de la francesa Marie Cavallier ha dado un vuelco y ya no se parece en nada a la que llevaba antes. Hoy, a sus 35 años, vive volcada en su marido y en su hijo de dos años, el príncipe Henrik, que pronto se convertirá en hermanito. Además, la princesa es patrona de la Fundación contra el Sida.

Aunque Marie de Dinamarca ha logrado vivir su propio cuento de hadas casándose con el hombre de sus sueños, ella asegura que “la vida como princesa es decididamente distinta a la de los cuentos”. “Mi marido no era una rana cuando le besé por primera vez. Hoy en día las princesas trabajan, son más independientes en sus decisiones. Tienen una gran responsabilidad al representar a la Casa Real. Queremos ayudar donde podemos y trabajar por nuestro país. Es algo que hago con gusto", asegura la princesa.

La esposa del hijo menor de la reina Margarita II cuenta cómo la pareja divide su tiempo entre el día a día en el castillo de Schackenborg, al sur de Dinamarca y Copenhague, donde tienen un apartamento en el complejo del palacio de Amalienborg. "Me encanta al ciudad y tener contacto con muchas personas, pero necesito estar en la naturaleza y sentirme un poco protegida. Por eso es tan fantástico estar aquí. Vamos con frecuencia también a Amalienborg para reuniones y compromisos oficiales. Siento que tengo lo mejor de ambos mundos", explica.  


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Su día a día no es muy diferente al de una familia corriente: se levantan pronto, Marie hace el desayuno, lleva a su hijo a la guardería y vuelve a su oficina. "Schackenborg es una empresa que exige un gran esfuerzo y mucho de nuestro tiempo. Además, tengo reuniones con mis protectorados y las organizaciones con las que colaboro en todo el país y en especial en Copenhague. En general pasamos mucho tiempo viajando, así que cuando estamos en casa, hay mucho que hacer con el funcionamiento de Schackenborg", señala Marie.

A diferencia del príncipe Joaquín, ella admite que su conocimiento sobre agricultura es limitado, así que se dedica más a la parte comercial y entre los dos hacen "trabajo de equipo". Cuando no trabajan, la pareja ocupa su tiempo en disfrutar del paisaje, dar paseos o hacer la comida juntos. "Las comidas significan mucho, también para Henrik, y nos encanta hacerla juntos. Si hace mal tiempo, podemos ver una película o leer un libro, aunque no tenemos mucho tiempo. El tiempo es una mercancía preciada, así que es importante priorizar", cuenta la princesa. Marie ha logrado encontrar el equilibrio entre su trabajo y su papel de esposa y madre. “Es importante tenerlo, porque una madre frustrada no es una buena madre”, asegura.