Tras su primera parada en el puerto de Skagen, donde levantaron una gran expectación, los príncipes Federico y Mary de Dinamarca ha llegado a Hirtschals, uno de los puerto pesqueros más grandes del país, donde también recibieron una calurosa acogida y donde sus gemelos, Josephine y Vincent, de siete meses, volvieron a convertirse en el centro de atención.
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Los príncipes herederos salieron a saludar a los ciudadanos que esperaban su llegada en el puerto, Federico con la niña en brazos, que llevaba una rebeca de color blanco, y Mary con el niño, que iba con también con una rebeca, pero de color marrón. Esta es la primera vez que los pequeños embarcan en el famoso barco real, el Dannebrog, en el que la pareja ha comenzado su tradicional paseo por el país.
Después de saludar desde la cubierta con los pequeños, tocaba el turno de visitar la ciudad y se trasladaron en un coche de caballos hasta el acuario de Hirtschals. Allí la princesa estuvo con un grupo de niños viendo todas las especies marinas que habitan en el recinto, explicándoles algunas de las características de cada una de ellas e incluso se atrevió a coger uno de los cangrejos que había en una gran pecera para que los niños pudieran verlo con detalle.
Pero el momento más bonito que ha dejado esta visita ha sido, sin duda, su encuentro con el príncipe en la pecera. Mientras Mary estaba con los niños, Federico se enfundaba un traje de neopreno para bañarse es una de las grandes peceras de este acuario y poder nadar al lado de diferentes especies. Ya dentro del agua, vio a su mujer a través del cristal y no dudó en acercarse hasta ella y dedicarle un cariñoso beso acuático, mientras que ella se acercaba a la pecera, y también le enviaba un beso a la vez que posaba su mano sonde la tenía él. Un romántico momento que refleja la bonita etapa que atraviesan con la llegada de los nuevos miembros de la familia.