La reina Margarita ha tenido esta mañana el despertar más dulce. Hoy, día de su cumpleaños, ningún tedioso pipipi y demás soniquetes y cantilenas de la alarma del despertador han secuestrado a la soberana danesa del mundo de los sueños. Hoy, como es tradición, sus amigos y familia cantaron una canción de cumpleaños y llevaron pastelitos a la Reina, que agradeció el gesto saludando al coro desde el balcón de su residencia en el palacio de Fredensborg (Copenhague). Junto a ella, se asomó su marido, el príncipe Henrik, con batín y pijama, y uno de sus adorados perros.
Federico de Dinamarca acudió a rondar a su madre y junto a su esposa, la princesa Mary, y sus dos pequeños, los príncipes Christian e Isabella, quienes disfrutaron ondeando la bandera y cantando a su abuela paterna. Les acompañaban la princesa Mette-Marit, los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, la princesa Victoria y su prometido, Daniel Westling, y el príncipe Carlos Felipe. El joven, que entrará el próximo 19 de junio a formar parte de la Familia Real sueca, demostró la buena relación y la gran complicidad que mantiene con su futuro cuñado, quien en estos días es noticia por su polémica nueva novia, Sofía Hellqvist. Así comenzaba hoy la Reina su cumpleaños.
Pero sólo era el principio de un día lleno de festejos. Rodeada por su esposo, hijos, nueras y nietos, la reina Margarita salió a saludar a las doce del mediodía al balcón del palacete de Christian IX, en el complejo de Amalienborg, mientras cientos de súbditos aplaudían, cantaban y ondeaban banderas danesas. El príncipe Henrik alzó en brazos a su nieta, la princesa Isabella, en el balcón durante unos segundos, hasta que la princesa Mary la depositó de nuevo en el suelo para mayor tranquilidad.
De Amalienborg la Reina y el Príncipe consorte se desplazaron en carruaje por el centro de la ciudad hasta el ayuntamiento, escoltados por medio centenar de jinetes del regimiento de húsares. Durante el paseo, un soldado cayó de su caballo y tuvo que ser trasladado de urgencia en estado grave al hospital al ser pisado por el animal. En la casa consistorial fueron recibidos por el alcalde de Copenhague, Frank Jensen, quien los invitó luego a un almuerzo junto a toda la corporación municipal y otros invitados de la realeza.
Pero la Reina no fue recibida sólo por Jensen y el resto de concejales: un grupo de niños vestidos de príncipes y princesas -junto a la guardia del parque de atracciones Tivoli, el coro infantil del conservatorio y el teatro de pantomimas- interpretaron canciones en su honor, acompañados por el célebre músico infantil Sigurd Barret. En el repertorio fue incluida una canción especialmente compuesta para ella. El Alcalde entregó además a la Reina un regalo del municipio por su cumpleaños: 31.000 euros para la renovación de un salón del palacio de Christiansborg.
Margarita II y el Príncipe salieron por la tarde al balcón del ayuntamiento a saludar de nuevo. De ahí los festejos se trasladarán de nuevo al castillo de Fredensborg, en donde se celebrará una cena de gala privada con 250 invitados, que se ha visto seriamente alterada en las últimas horas por las restricciones de tráfico aéreo en toda Europa a causa de la nube de ceniza procedente de la erupción de un volcán en el sur de Islandia. Hasta dieciséis invitados cuya presencia estaba confirmada han tenido que cancelar su presencia por culpa de las restricciones aéreas, entre ellos los reyes Juan Carlos y Sofía, los príncipes Felipe y Matilde de Bélgica y Pablo y Nicolás de Grecia. Sí estarán en cambio los reyes Harald y Sonia de Noruega, ausentes ayer en el Teatro Real (donde la princesa Mette-Marit fue la única representante de la realeza noruega) y que hoy viajaban en coche desde Oslo a Copenhague, y la Familia Real sueca al completo, con la única ausencia de la princesa Magdalena.