Mary de Dinamarca volvió a reinar en un nuevo acto oficial. La Princesa, reconocida por su elegancia en el mundo entero, acaparó todas las miradas por su estilismo en la recepción para las organizaciones de las que ella es protectora y que se celebró en el palacete de Christian VII, en el palacio real de Amalienborg.
Su belleza, su elegancia y su naturalidad brillaron, pero sobre todo su capacidad de trabajo. Hoy como siempre. Y es que su gesto amable y su entrega hacia los más necesitados han sido algunos de los factores importantes que mayormente han contribuido al éxito de la princesa Mary tanto de puertas para afuera como de puertas para adentro; la han hecho acreedora de la agenda oficial más apretada de la Familia Real danesa, y protectora de tropecientas fundaciones. Como prueba un botón.