Así fue el bautizo de Isabella Henrietta Ingrid Margrethe

El príncipe Federico volvió a emocionarse como en todas las celebraciones importantes de su vida

Por hola.com
La ceremonia
El sol acompañó en todo momento a la princesa Isabella Henrietta Ingrid Margrethe en el día de su bautizo en la iglesia del palacio de Fredensborg. Y aunque fue una ceremonia íntima, las dimensiones de la capilla se quedaron pequeñas para acoger a los 150 invitados por lo que fue necesario colocar algunas sillas extras para que todos pudieran presenciar la ceremonia bautismal sentados. Además habían reservado un sitio de ‘honor’ para el pequeño príncipe Christian, que, aunque en los primeros momentos prefirió los brazos de su padre, más tarde lo utilizó para observar con sus grandes ojos azules todo lo que le rodeaba.

La ceremonia, que corrió a cargo del obispo Eric Norman Svendsen, estuvo amenizada por las bellas voces del coro de niños de Copenhague. Toda la capilla estaba cubierta por flores rosas, lilas y blancas, adornos florales que hacían juego con el elegante traje de la princesa Mary. El obispo de Norman, encargado de derramar las aguas bautismales sobre la segunda hija de los futuros reyes de Dinamarca, amenizó la ceremonia con un bello discurso, donde señaló la bella tradición de guardar el nombre de la niña en secreto hasta el día del bautizo. Eric confesó que él tampoco sabía el nombre de la pequeña hasta unas horas antes de la ceremonia, y aunque algunas personas habían intentado sonsacárselo, él no pronunció dicha designación hasta el momento en que vertió las aguas sobre la cabeza de la pequeña. Cuando el obispo se dispuso a bautizar a Isabella, pidió a todos los niños que habían acudido a la ceremonia que se acercaran para poder verlo mejor.

El príncipe Federico volvió a emocionarse
El príncipe Federico volvió a emocionarse como en todas las celebraciones importantes de su vida. Federico tuvo que utilizar un pañuelo para recoger las lágrimas que se deslizaban por sus ojos un día más. Tras la ceremonia, el Príncipe dijo que se había emocionado por las bellas canciones que el coro entonó durante el bautizo. La princesa Mary también se emocionó, aunque supo disimularlo mejor que su esposo.