Primera visita oficial de la princesa Mary a su país natal como Princesa de Dinamarca
La princesa Mary ha regresado a Australia, su tierra natal, por primera vez como Princesa de Dinamarca. Los príncipes Federico y Mary llegaron el pasado viernes a Sidney, donde fueron sorprendidos, según sus propias palabras, con una "calurosísima bienvenida", con motivo de una larga visita oficial de trece días, repleta de actos institucionales y culturales, entre otros, una recepción con el primer ministro John Howard, las celebraciones para conmemmorar el bicentenario del nacimiento del célebre escritor danés Hans Christian Andersen, y diversas cenas de estado.
No obstante, también hubo tiempo para el ocio. Los príncipes Federico y Mary estuvieron disfrutando del calor del verano australiano los días previos al comienzo de su visita oficial. Asimismo, a su llegada a a la capital australiana, el Heredero al trono danés se dedicó a prepararse a fondo para su participación en la regata Rolex Farr 40 en la que competirá, a partir de hoy, con otras 28 embarcaciones de Italia, EEUU, Nueva Zelanda, Francia, Noruega, Alemania y Australia. El [príncipe Federico], que ha traído su propio barco para la ocasión, se batirá con algunos medallistas de oro olímpicos y participantes de la Copa América. Mientras tanto, la [princesa Mary] fue de compras, camuflada tras unas gafas de sol y una gorra, con su amiga Amber Petty. La Princesa trató de pasar un día como los de antes, pero la fama la traicionaba a cada paso. La prensa la sigue a todas partes y continuará haciéndolo durante las dos semanas que durará su visita.
Apretada agenda
Durante la primera jornada oficial de su viaje a Australia, la pareja disputó en el puerto de Sidney una regata en la que fueron rivales. El público aplaudía y los vitoreaba agitando las banderas danesa y australiana al unísono, ante el famoso edificio de la Ópera, obra de un arquitecto danés, para aistir al espectáculo, que finalmente se saldó con una nueva victoria para la princesa Mary, a bordo del Suntzun, que ya ganó la regata previa a su boda en el puerto de Copenhague.
No sólo los ciudadanos australianos, disfrutaron de la competición. Los Príncipes también lo pasaron en grande. "Mi hogar está en Dinamarca, pero me encanta estar de vuelta en Australia", explicó la princesa Mary a los periodistas una vez concluida la carrera. Mientras, el príncipe Federico, que había comandado el Nanoq, reconocía sonriendo: "Ha ganado la mejor mujer".
Con este reñido encuentro, concluía la parte más informal de su estancia. A partir de entonces, los Príncipes daneses se enfrentaban a una agenda plagada de compromisos oficiales, almuerzos y cenas de gala. Pero ni el más oficial de los actos puede ocultar lo enamorados que están los Herederos. No se olvidan el uno del otro ni en un almuerzo oficial con apretones de manos, camareros de gala y complicados peinados, como pudo observarse ayer durante la comida que el Primer Ministro ofreció en su honor. Una vez más, la princesa Mary, muy elegante con un primaveral vestido blanco con manga francesa y cinturón negro, acaparó todas las miradas de los asistentes y se convirtió en la verdadera reina de la velada. Como seguro volverá a serlo, el próximo miércoles por la noche, durante la cena de gala que presidirá la pareja real con ocasión del 90º aniversario de Cruz Roja.
Lo último de:
danesa
Últimas Noticias
La actriz Thais Blume anuncia que está embarazada de su primer hijo
El baño de multitudes de los Reyes en el concierto de Ara Malikian con el que ha culminado la celebración por su diez años de reinado
La infanta Sofía se viste de fiesta con top de lentejuelas y tacones dorados en una noche especial
Afrutados, dulces o con notas amaderadas: así son los nuevos perfumes que te encantarán este verano
Si buscas un postre fácil, vistoso y de temporada... ¡aquí tienes uno delicioso!
Recordamos el vestido de novia desmontable y la tiara de Victoria de Suecia en su boda hace 14 años
No obstante, también hubo tiempo para el ocio. Los príncipes Federico y Mary estuvieron disfrutando del calor del verano australiano los días previos al comienzo de su visita oficial. Asimismo, a su llegada a a la capital australiana, el Heredero al trono danés se dedicó a prepararse a fondo para su participación en la regata Rolex Farr 40 en la que competirá, a partir de hoy, con otras 28 embarcaciones de Italia, EEUU, Nueva Zelanda, Francia, Noruega, Alemania y Australia. El [príncipe Federico], que ha traído su propio barco para la ocasión, se batirá con algunos medallistas de oro olímpicos y participantes de la Copa América. Mientras tanto, la [princesa Mary] fue de compras, camuflada tras unas gafas de sol y una gorra, con su amiga Amber Petty. La Princesa trató de pasar un día como los de antes, pero la fama la traicionaba a cada paso. La prensa la sigue a todas partes y continuará haciéndolo durante las dos semanas que durará su visita.
Apretada agenda
Durante la primera jornada oficial de su viaje a Australia, la pareja disputó en el puerto de Sidney una regata en la que fueron rivales. El público aplaudía y los vitoreaba agitando las banderas danesa y australiana al unísono, ante el famoso edificio de la Ópera, obra de un arquitecto danés, para aistir al espectáculo, que finalmente se saldó con una nueva victoria para la princesa Mary, a bordo del Suntzun, que ya ganó la regata previa a su boda en el puerto de Copenhague.
No sólo los ciudadanos australianos, disfrutaron de la competición. Los Príncipes también lo pasaron en grande. "Mi hogar está en Dinamarca, pero me encanta estar de vuelta en Australia", explicó la princesa Mary a los periodistas una vez concluida la carrera. Mientras, el príncipe Federico, que había comandado el Nanoq, reconocía sonriendo: "Ha ganado la mejor mujer".
Con este reñido encuentro, concluía la parte más informal de su estancia. A partir de entonces, los Príncipes daneses se enfrentaban a una agenda plagada de compromisos oficiales, almuerzos y cenas de gala. Pero ni el más oficial de los actos puede ocultar lo enamorados que están los Herederos. No se olvidan el uno del otro ni en un almuerzo oficial con apretones de manos, camareros de gala y complicados peinados, como pudo observarse ayer durante la comida que el Primer Ministro ofreció en su honor. Una vez más, la princesa Mary, muy elegante con un primaveral vestido blanco con manga francesa y cinturón negro, acaparó todas las miradas de los asistentes y se convirtió en la verdadera reina de la velada. Como seguro volverá a serlo, el próximo miércoles por la noche, durante la cena de gala que presidirá la pareja real con ocasión del 90º aniversario de Cruz Roja.