"Yo sólo soy de una islita de la otra punta del planeta. No tengo ninguna relación con la nobleza. Mi familia no dispone de mucho dinero. Soy una persona completamente normal dentro de la media. Tengo una excelente formación, pero, aun así... ¿Debo estar aquí? ¿Qué derecho tengo a estar aquí?" "El destino, quizá. Debo creer en él y en que existe una razón para estar donde estoy. Donde debo estar, junto a Federico".
"Tuvimos suerte" "¿Por qué me enamoré de Federico? ¿Por qué nos enamoramos? ¿Qué hizo que nos conociéramos? A menudo he pensado que, si no nos hubiéramos conocido en aquel momento en Sidney, quizás hubiera sucedido cuando fue a Tasmania a ver los campeonatos mundiales de vela. Que si no hubiéramos tropezado el uno con el otro la primera vez, en verano yo habría regresado a Tasmania cuando él estaba allí. Puede que nos hubiéramos conocido entonces. Habría sido nuestra segunda oportunidad. Pero tuvimos suerte".
"Siempre he creído que un día encontraría al hombre de mi vida. Siempre pensé que me casaría y siempre he deseado tener hijos. Creo que esos son los sueños de casi todo el mundo. También, algo que aprendí de mis padres y de mis abuelos.
Ellos me enseñaron lo que significa tener una familia en la vida y ellos me inculcaron, además, unos valores buenos y sólidos para poder defenderme: la honestidad, la integridad, la curiosidad, el respeto, saber que es uno mismo el que tiene que salir a buscar las oportunidades que la vida nos brinda".
La princesa Mary hace alusión, además, en este apartado sobre su vida al puntal de apoyo que fue su abuela paterna hasta hace algunos años. La mujer que le enseñó que uno obtiene lo que da y, también, a ser orgullosa de lo que era.
Por último, decir, antes de concluir el resumen de este primer capítulo, que la futura Reina de Dinamarca ha rendido un cariñoso homenaje en el libro a su primer novio Brent Annells. Un joven australiano nacido como ella en Tasmania al que conoció en la Universidad. "Es una persona excepcional. Siempre significaremos algo el uno para el otro porque pasamos juntos por muchas vivencias. Siete años es mucho tiempo y él estuvo a mi lado cuando murió mi madre. Nadie podría haberse portado mejor en aquella situación".