Los príncipes de Dinamarca inician su luna de miel, con destino desconocido
El palacio de Fredensborg fue testigo de una noche plagada de magia. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada y, poco después de su final -coronado por unos fuegos artificiales que reproducían en el cielo danés grandes corazones-, los protagonistas del día, el [príncipe Federico de Dinamarca] y su esposa, la princesa [Mary Donaldson], salieron del palacio y se montaron en el Rolls&Royce negro, decorado de forma muy original y divertida por el príncipe Joaquín, hermano del novio y padrino del enlace. Los recién casados iniciaban así su luna de miel con rumbo absolutamente desconocido. Ningún medio ha podido averiguar dónde disfrutarán los príncipes herederos de este bello país escandinavo de su luna de miel.
400 invitados en la noche danesa
Los príncipes, al cerrar la puerta de su Rolls&Royce, decían adiós a una velada llena de momentos inolvidables. Sin ir más lejos, su primer vals como casados que, como marca la tradición, lo bailaron a las doce en punto. Todos los invitados se agolparon a su alrededor, aplaudiendo y contemplando el amor que destilaba de las miradas de la pareja. Pero no estaban solos. Durante toda la noche se pudo ver a los jóvenes de las Monarquías europeas, en un ambiente muy distendido. Se notaba que se sentían cómodos y felices al contemplar el triunfo del amor en las sonrisas que se intercambiaban los recién casados.
Letizia Ortiz y Máxima Zorreguieta, inseparables
Doña Letizia Ortiz se sintió acogida por los jóvenes de la realeza europea. En especial, la princesa Máxima, latina que conoce bien el paso que la próxima semana dará doña Letizia, mantuvo largas conversaciones con la futura Princesa de Asturias. Se las vio cómplices, cercanas, intercambiándose confidencias y disfrutando de todos los detalles que la Familia Real danesa había dispuesto para sus reales invitados. Pero otra persona estaba atenta a la felicidad de doña Letizia: no era otro que su futuro esposo, el príncipe Felipe quien se encargó en todo momento de presentar a su radiante prometida, de rojo español inconfundible, a todos los miembros de las Familias Reales europeas.
Lo último de:
danesa
Últimas Noticias
La actriz Thais Blume anuncia que está embarazada de su primer hijo
El baño de multitudes de los Reyes en el concierto de Ara Malikian con el que ha culminado la celebración por su diez años de reinado
La infanta Sofía se viste de fiesta con top de lentejuelas y tacones dorados en una noche especial
Afrutados, dulces o con notas amaderadas: así son los nuevos perfumes que te encantarán este verano
Si buscas un postre fácil, vistoso y de temporada... ¡aquí tienes uno delicioso!
Recordamos el vestido de novia desmontable y la tiara de Victoria de Suecia en su boda hace 14 años
400 invitados en la noche danesa
Los príncipes, al cerrar la puerta de su Rolls&Royce, decían adiós a una velada llena de momentos inolvidables. Sin ir más lejos, su primer vals como casados que, como marca la tradición, lo bailaron a las doce en punto. Todos los invitados se agolparon a su alrededor, aplaudiendo y contemplando el amor que destilaba de las miradas de la pareja. Pero no estaban solos. Durante toda la noche se pudo ver a los jóvenes de las Monarquías europeas, en un ambiente muy distendido. Se notaba que se sentían cómodos y felices al contemplar el triunfo del amor en las sonrisas que se intercambiaban los recién casados.
Letizia Ortiz y Máxima Zorreguieta, inseparables
Doña Letizia Ortiz se sintió acogida por los jóvenes de la realeza europea. En especial, la princesa Máxima, latina que conoce bien el paso que la próxima semana dará doña Letizia, mantuvo largas conversaciones con la futura Princesa de Asturias. Se las vio cómplices, cercanas, intercambiándose confidencias y disfrutando de todos los detalles que la Familia Real danesa había dispuesto para sus reales invitados. Pero otra persona estaba atenta a la felicidad de doña Letizia: no era otro que su futuro esposo, el príncipe Felipe quien se encargó en todo momento de presentar a su radiante prometida, de rojo español inconfundible, a todos los miembros de las Familias Reales europeas.