Una boda histórica 'coronada' por las mejores joyas de la realeza
La reina Sonia de Noruega ha lucido en la boda de los Príncipes daneses una tiara neoclásica de diamantes y esmeraldas, célebre por haber sido realizada para la emperatriz Josefina por el joyero imperial francés Bapst. Se trata de una base de oro blanco con esmeraldas en diversas formas geométricas incrustadas en una diadema repleta de diamantes. La tiara acabó en manos de la emperatriz Amalia de Brasil, que se la dejó a su hermana, la reina Josephine de Suecia, Princesa de Leuchtenberg. La primera persona que fue retratada con ella fue la reina Sophie, de soltera Nassau. La tiara y su collar, a juego, fueron pedidos prestados por la princesa heredera Margaret para lucirla en un acontecimiento familiar en el año 1910. La reina Sophie dejó entonces el conjunto de tiara y collar a su hijo más joven, el príncipe Carl, que se lo regaló a su esposa, la princesa Ingeborg de Dinamarca. Cuando la princesa heredera Martha dio a luz al futuro rey Harald, sus padres le dieron las espectaculares joyas. Cuando Sonia de Noruega se hizo con ella, las dos esmeraldas, en forma de lágrima, que la componían originalmente, se habían quitado para hacerse unos pendientes.
La princesa Marta Luisa ha lucido en el enlace de Federico unos pendientes largos y una fina gargantilla a juego y, como joya principal, su tiara preferida. Una joya de diamantes y perlas, conocida como la tiara del rey Olav, que llevó también para la boda de su hermano, el príncipe Haakon, con la princesa Mette-Marit. Por su parte, la futura reina de los noruegos ha portado hoy la misma tiara que llevó en su boda con el heredero noruego.
La reina Paola de Bélgica ha llevado una tiara de diadema de diamantes con diseño geométrico que también puede ser usada a modo de gargantilla. La tiara fue un regalo de su anterior propietaria, la reina Isabel, para la reina Astrid en 1935 con motivo del nacimiento de su segundo hijo, el futuro rey Alberto II. Tras la muerte de la reina Astrid, la joya fue usada por la segunda esposa del Rey: Lilian Baels. La reina Paola la ha lucido desde que era la Princesa de Lieja, antes de convertirse en Reina de los Belgas y, en las últimas décadas, la ha lucido en numerosas ocasiones por lo que podría decirse que ésta es una de sus joyas preferidas. Fue también la diadema elegida por la princesa Matilde para el día de su boda con el príncipe Felipe. Aunque para el gran enlace danés, Matilde ha optado por una tiara con corona de diamantes que también puede usarse a modo de collar. Realizada en el período de entreguerras, está decorada con hojas y bayas, y fue un regalo de boda de los aristócratas belgas para la princesa. La lució por primera vez durante la visita real española a Bélgica en el año 2000.
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La reina Paola de Bélgica ha llevado una tiara de diadema de diamantes con diseño geométrico que también puede ser usada a modo de gargantilla. La tiara fue un regalo de su anterior propietaria, la reina Isabel, para la reina Astrid en 1935 con motivo del nacimiento de su segundo hijo, el futuro rey Alberto II. Tras la muerte de la reina Astrid, la joya fue usada por la segunda esposa del Rey: Lilian Baels. La reina Paola la ha lucido desde que era la Princesa de Lieja, antes de convertirse en Reina de los Belgas y, en las últimas décadas, la ha lucido en numerosas ocasiones por lo que podría decirse que ésta es una de sus joyas preferidas. Fue también la diadema elegida por la princesa Matilde para el día de su boda con el príncipe Felipe. Aunque para el gran enlace danés, Matilde ha optado por una tiara con corona de diamantes que también puede usarse a modo de collar. Realizada en el período de entreguerras, está decorada con hojas y bayas, y fue un regalo de boda de los aristócratas belgas para la princesa. La lució por primera vez durante la visita real española a Bélgica en el año 2000.