Las perlas de Orange Nasau
La primera dueña de la colección fue la princesa Luise de Prusia, la esposa del príncipe Federico de Holanda (tatarabuela de la reina Margarita) quien recibió la tiara como regalo de boda de sus padres y quien acabó regalándosela a su propia hija, la princesa Louise, cuando se casó con el heredero al trono de Suecia, el rey Carl XV en 1859.
De Suecia la tiara viajó a Dinamarca como parte de los regalos de boda de la futura reina Louisa, hija de la reina Louise, en 1869. La reina Louisa conservó su conjunto hasta su muerte en 1926, cuando lo heredó la reina Alexandrine, que lo llevó mientras el rey Christian X estuvo vivo. Tras su muerte en 1947, ella cedió su conjunto a su sucesora, la reina Ingrid. La reina Ingrid usó por primera vez esta joya durante su primera visita oficial a Suecia y, una segunda vez, durante la fiesta del Shah de Irán en 1968.
A menudo se piensa que este conjunto también pertenece a las joyas de la corona, pero no es así. Esta tiara pertenece a una fundación, la Royal Danish Løsørfideikommis, que fue fundada en 1910 por la reina Louisa (1851 - 1926). Ella poseía una gran colección de joyas y declaró que estas no se podían vender por subasta ni dividirse entre herederos. La colección tiene que pasar de generación en generación. Casi todas las joyas que lleva la reina Margarita pertenecen a esta asociación y pueden ser usadas por las damas de la Familia real.
Ingrid de Dinamarca durmió con las perlas
La colección de Orange formada por diamantes, rubíes y perlas es un conjunto de una gran belleza. Confeccionado entre 1825 y 1860, éste comprende una tiara (con diamantes que cubren los arcos y 18 grandes perlas colgantes) un ramillete, pendientes, broche y collar. Dada su tendencia artística, la reina Margarita suele utilizar piezas de este conjunto en combinación con otras joyas.
El gran broche con forma de ramillete puede dividirse en dos piezas, y ambas pueden llevarse en el collar de perlas. Un collar que puede llevarse con o sin el gran cierre de diamantes y perlas. Cuando se lleva con el cierre de diamantes, el cierre se lleva en la parte delantera del cuello.
Algunas de las perlas son muy antiguas. De hecho, el rey Christian IV, fue retratado con un pendiente de perlas.
Durante muchos años, el collar no fue utilizado, por lo que las perlas se desgastaron, se tornaron grises y negras. Pero la reina Ingrid comenzó a dormir con el collar de perlas puesto y poco a poco éstas recobraron vida y hoy en día han recuperado toda su belleza. La tiara, que consiste en quince arcos en punta de los que cuelgan perlas, suele llevarse en ocasiones de estado y otros eventos importantes, como las visitas oficiales de jefes de Estado extranjeros a Dinamarca.