La historia de las joyas con las que Mary Donaldson se vistió de princesa

Por hola.com

Aconsejada por su futuro esposo, Federico de Dinamarca, y siguiendo una tradición real Mary Donaldson asistió a la gran [cena_din] celebrada con motivo de sus nupcias, el pasado 11 de mayo, en uno de los palacios de Amaliemborg con la colección de joyas preferida de la reina Ingrid: un conjunto de diadema, collar y pendientes de rubíes de la reina de un valor incalculable.

La abuela del [príncipe Federico] usó las piezas de este tesoro hasta los últimos días de su vida y es probable que pidiera a su nieto preferido, Federico, que no se volvieran a usar después de su muerte hasta sus vísperas nupciales.

Creada para la coronación de Napoleón como emperador
La colección inicial fue encargada por Jean-Baptiste Bernadotte para que su esposa las luciera en la coronación imperial de Napoleón Bonaparte en 1805. Napoleón, que deseaba todo el lujo posible para el día de su coronación en 1804, quiso que las esposas de sus 18 mariscales estuvieran a la altura de la ocasión, así que dio una importante suma de dinero para que encargaran las joyas. El conjunto de rubíes se realizó en 1804 para uno de los mariscales de Napoleón, que más tarde convertiría en Rey de Suecia con el nombre de Carl XIV Johan. Así fue como la tiara, una corona de hojas de grosella hechas de diamante con frutos de rubí, y el resto del conjunto fue a parar a Suecia, más concretamente a Desiree Clary, la reina.

Cómo llegaron a Dinamarca las joyas
Si llegaron a Dinamarca fue a través de la esposa de Federico VIII, la reina Louise, que era sueca, quien se lo regaló a su nuera, la duquesa Alexandrine de Mecklenburg-Schwerin cuando se casó con el príncipe heredero Christian en 1898. La reina Alexandrine no recibió el resto del conjunto hasta la muerte de la reina Louise en 1926. Once años después el conjunto completo de rubíes fue concedido como el regalo de bodas por el rey Christian X y su mujer a la princesa Ingrid de Dinamarca, quien en 1943 decidió aumentar la tiara original añadiendo los dos broches a juego

Desde entonces ha sido costumbre regalarlas a la princesa heredera de Dinamarca con motivo de su boda. Por esa misma razón no serán una propiedad personal de [Mary Donaldson], sino algo que deberá cuidar mucho. La reina Margarita no ha usado ese conjunto, desde la muerte de su madre, la reina Ingrid, en 2000.