El itinerario que se planeó al principio, ha sido modificado por motivos de seguridad. Se quiere evitar que los caballos recorran la estrecha calle de Vestergade al salir de la catedral. Los caballos podrían ponerse nervios en esta angosta calle, por eso se ha optado por recorrer, para llegar al Ayuntamiento, las calles de Norregade y Norre Voldgade. Aunque el recorrido exacto no se ha dado a conocer, por estrictos motivos de seguridad, parece ser que la policía danesa también está de acuerdo con el nuevo itinerario. Una vez que lleguen al palacio de Amalienborg, los novios saldrán al balcón del palacete de Christian VII y saludarán a todos los congregados. Se calcula que la hora para el primer beso, en público, de los recién casados, desde el balcón y ante el caluroso aplauso de los daneses será a las 17.30.
Un banquete de lujo
Los cuatrocientos distinguidos invitados a la boda del Príncipe Heredero de Dinamarca se sentarán en sillas doradas durante el banquete. Se instalará una carpa detrás del palacio de Fredensborg, residencia de los recién casados, más grande que una cancha de balonmano; pero, claro está, decorada de una manera exquisita, combinando la elegancia con el romanticismo del momento. La carpa -que se aclimatará según haga frío o calor, con calefacción o aire acondicionado, según el caso- ya se está levantando y medirá nada menos que 1375 metros cuadrados. Por explícito deseo de la Reina y el príncipe Federico, el espacio será así de grande, y rectangular, ya que desean que todos los invitados coman juntos y puedan ver, en todo momento, a los novios y su familia.