Un anillo de compromiso que encierra toda la simbología del Amor, de esos que, cuando lo llevas, susurran al corazón mil y una veces "Te quiero", de esos que dejan constancia de la intensidad de los sentimientos de quien lo regala. Tal y como el príncipe Federico quería que fuese el de su prometida, Mary Donaldson.
El heredero de la Corona danesa no lo dudó ni por un instante; la sortija de pedida de Mary tendría grandes rubíes rojos -la piedra preciosa por excelencia de la pasión- y también, cómo no, un purísimo diamante, que ha sido valorado en más de 12.000 euros (unos 2.200.000 pesetas). Un anillo, por tanto, de gran valor con el que el [príncipe Federico], además de hacer alarde de su devoción por Mary, pretende protegerla. Porque los rubíes rojos, que lleva la joya de la futura Princesa (de diferentes tonos), salvaguardan, entre otros, a su propietario; dan salud, felicidad y una larga vida. Siempre y cuando, eso sí, se lleven en la mano izquierda. Además las gemas rojas -se llaman piedras de los señores- aportan valor, buena voluntad, fuerza y nuevas energías cuando se está física o psíquicamente cansado. Algo que, sin duda, necesitará en grandes dosis Mary en su nueva vida como Princesa heredera.
Como la bandera danesa
El príncipe Federico, al igual que su hermano pequeño, el príncipe Joaquín, eligió personalmente el anillo para su prometida. Y como éste también se inclinó por los colores de la bandera danesa (rojo y blanco): dos rubíes abrazando un diamante. La diferencia principal entre ambos es que el príncipe Joaquín escogió un tipo de diamante distinto al del príncipe Federico.
El joyero Torben Hardenberg, creador de algunas joyas de la reina Margarita, considera el diseño clásico y elegante, muy a juego con los pendientes de diamantes que lució Mary Donaldson durante el compromiso. "No es nada recargado. Su sencillez concuerda perfectamente con los sentimientos que inspira Mary. Además, el anillo se puede llevar en cualquier ocasión y, entre otras cosas, lucirá fabulosamente bien con los bonitos rubíes que pertenecían a la reina Ingrid", dice Hardenberg haciendo referencia a los estrechos lazos que unieron siempre al Príncipe y a su abuela. Por el momento, se desconoce el joyero que ha diseñado el anillo, aunque Hardenberg propone un par de nombres: la conocida firma Cartier o el joyero real de Copenhague, John Roervig, creador de la sortija de pedida de la princesa Alejandra.