Aquí vivirán el príncipe Federico y Mary Donaldson
Pero no acabarían ahí las reformas del jardín. De hecho, a mediados del XIX, sufrieron éstos de nuevo parcialmente una nueva remodelación y fueron convertidos al estilo inglés romántico, o de la naturaleza inspirada... Cien años después, se mantienen exactamente igual, aunque la casa principal, o castillo, ha sido restaurado y acondicionado para que lo habiten el Príncipe heredero del reino de Dinamarca y su futura esposa, Mary Donaldson.
El nuevo hogar, que mide 1150 metros cuadrados, se ha decorado fundamentalmente con los muebles del apartamento de Federico en Amalienbrog y es, a ojos del mundo, un lugar de ensueño.
No obstante, y aunque desde fuera tiene un aspecto idílico, con un tejado de tejas negras y arbustos verdes, en su interior, la nueva vivienda del príncipe está provista de la más avanzada electrónica que existe en el mercado. Se ha sacrificado una suma millonaria en la seguridad del príncipe. Nada es como antes después de los atentados del 11 de septiembre. Tampoco en la Casa Real danesa. Como otro Buckingham Palace, la futura vivienda de Federico y Mary -la Casa de la Cancillería del Palacio de Fredensborg- se ha transformado en una fortaleza provista de un sinfín de alarmas y cámaras. El temor a un ataque terrorista o algo similar contra la pareja es demasiado grande y a la seguridad electrónica, se ha unido también, un pequeño apartamento de dos habitaciones para dos agentes de seguridad que siempre estarán a disposición de la pareja.
Mary Donaldson permanecerá en su propio piso de Langelinje hasta la boda. La Casa de la Cancillería será después su residencia permanente. Hasta ahora Federico había vivido en uno de los palacios de Amalienborg. Joachim y Alexandra pasarán ahora a ocupar el antiguo piso de Federico y la vivienda que ellos tenían en Amalienborg pasará a Ana María y Benedicta. Mary y Federico también contarán, por supuesto, con una residencia en Copenhague, pero aún llevará su tiempo. La idea es que sea en el antiguo palacio de la reina Ingrid y el rey Federico, pero habrá que restaurarlo primero y no estará listo hasta dentro de un año.
A cambio, la pareja podrá pasar el verano en el antiguo palacio de la abuela en Gråsten y servirse, cuando lo deseen, del apartamento en el Edificio del Caballero del palacio de Marselisborg, de Aarhus.
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El nuevo hogar, que mide 1150 metros cuadrados, se ha decorado fundamentalmente con los muebles del apartamento de Federico en Amalienbrog y es, a ojos del mundo, un lugar de ensueño.
No obstante, y aunque desde fuera tiene un aspecto idílico, con un tejado de tejas negras y arbustos verdes, en su interior, la nueva vivienda del príncipe está provista de la más avanzada electrónica que existe en el mercado. Se ha sacrificado una suma millonaria en la seguridad del príncipe. Nada es como antes después de los atentados del 11 de septiembre. Tampoco en la Casa Real danesa. Como otro Buckingham Palace, la futura vivienda de Federico y Mary -la Casa de la Cancillería del Palacio de Fredensborg- se ha transformado en una fortaleza provista de un sinfín de alarmas y cámaras. El temor a un ataque terrorista o algo similar contra la pareja es demasiado grande y a la seguridad electrónica, se ha unido también, un pequeño apartamento de dos habitaciones para dos agentes de seguridad que siempre estarán a disposición de la pareja.
Mary Donaldson permanecerá en su propio piso de Langelinje hasta la boda. La Casa de la Cancillería será después su residencia permanente. Hasta ahora Federico había vivido en uno de los palacios de Amalienborg. Joachim y Alexandra pasarán ahora a ocupar el antiguo piso de Federico y la vivienda que ellos tenían en Amalienborg pasará a Ana María y Benedicta. Mary y Federico también contarán, por supuesto, con una residencia en Copenhague, pero aún llevará su tiempo. La idea es que sea en el antiguo palacio de la reina Ingrid y el rey Federico, pero habrá que restaurarlo primero y no estará listo hasta dentro de un año.
A cambio, la pareja podrá pasar el verano en el antiguo palacio de la abuela en Gråsten y servirse, cuando lo deseen, del apartamento en el Edificio del Caballero del palacio de Marselisborg, de Aarhus.