Con el advenimiento al trono del rey Cristian IX, (1863-1906) cuyo parentesco con Federico VII, era lejano, se establece en Dinamarca una nueva dinastía. Casado , desde 1842, con Luisa de Hesse-Cassel destacó por haber adquirido el estatus de Rey abuelo de Europa. Cristian IX, -cuyo gran error político fue precipitarse en la guerra contra Prusia y Austria, en 1864- crió a todos sus descendientes en la corte y consiguió que, de sus seis hijos, cuatro se convirtieran en reyes: El mayor, Federico VIII, su sucesor; la segunda, Alejandra, reina consorte de Gran Bretaña por su boda con Eduardo VII; el tercero, Cristian, Rey de los Helenos como Jorge I; la cuarta, Dagmar, cambiará su nombre por el de María al casarse con Alejandro III, Zar de Rusia; la quinta, Thyra, esposa del Jefe de la Casa Real de Hannover, el Príncipe Ernesto Augusto; y, por último, Valdemar, que podía haber sido Rey de los Búlgaros si no hubiera optado, voluntariamente, por una vida más tranquila al lado de su esposa, la princesa María de Orleáns.