La prensa danesa, en cambio, no piensa lo mismo. Y es que, además de la valiosa información de sus declaraciones, a los reporteros les gusta oir su acento. Por eso, mientras el príncipe Federico se lanzaba a la competición, Mary era capturada por un sinfín de periodistas que deseaban escuchar sus últimas confidencias.
Descubriendo Tasmania
Una vez cumplido su papel con la prensa, Mary Donaldson siguió, desde un gran barco a motor, las regatas del día, en las que el Príncipe no tuvo una buena actuación. Junto a ella se encontraban las esposas de otros marineros, su hermana Jane, que estaba acompañada por su marido y su hijo, y su íntima amiga, Amber, que ha podido comprobar de cerca el cambio que ha sufrido la vida de Mary desde que ésta abandonara Tasmania.
Pero ahora, después de varios meses residiendo en Copenhague, Mary tendrá oportunidad de perderse nuevamente por los rincones de la isla australiana con su familia y los amigos. Paradisíacos lugares que, sin duda, mostrará al [príncipe Federico] en los días que el programa de la Copa del Mundo de Vela establezca libres para sus competidores.